Carlos Escolástico va a la India a ampliar su serie fotográfica

E.M.
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El albacentese, creador de una nueva forma de retratar a la gente en celebraciones masivas, acaba de regresar de Malasia y tiene una próxima cita en su localidad natal, El Bonillo

A veces las palabras e incluso el texto de las noticias se quedan cortas ante determinados personajes, a los que denominarles polifacéticos no da lugar a imaginarse todo lo que abarcan. A los que sería necesarios muchos más caracteres de los que caben en las informaciones para expresar toda su dimensión. Es el caso de este albaceteño de El Bonillo que nos ocupa este domingo. Porque llamar sólo fotógrafo a Carlos Escolástico es disminuirlo a una de sus facetas, aunque sea la más destacada y en la que se ha hecho un renombre mundial. El paisano se encuentra desde ayer en India para una de sus especializaciones dentro del retrato. Se trata de la serie que ha bautizado como Celebración, en la que fotografía a la gente en torno a las diversas celebraciones masivas en sus respectivos ambientes y sobre un fondo neutro. Y que con todo lo que se traiga ahora de este país le servirá para ir completando lo que ya tiene de otros, últimamente de Malasia, de donde llegó hace escasas fechas, para seguir después con la idea tan original que se le ocurrió hace unos años a este «fotógrafo pasional y compulsivo», como él mismo se define.

Y al que lo que más le interesa, quizás también como destacado terapeuta reconocido internacionalmente en la especialidad Gestalt -una rama de la psicología que nació en los años 60 y que hoy en día tiene multitud de aplicaciones especialmente en el terreno de la creatividad y las relaciones personales- es precisamente eso: la persona, la gente. Porque el contenido humanista de su espíritu encuentra a la perfección su desarrollo en esta su faceta terapéutica que se funde con la de fotógrafo.

De ahí que otra de sus benditas locuras sea nada más y nada menos, atención, que retratar a todos –sí, han leído bien, todos- los habitantes de su localidad, «por supuesto, uno por uno», recalca, donde nació. La cita, a primeros de agosto en El Bonillo, le servirá para «cerrar así este círculo de vuelta a las raíces» trayendo de la mano esa su ya mencionada «compulsión retratista como guía». Porque esta bella localidad albaceteña, en la que vive su madre, uno de sus hermanos y más familiares, es el único lugar del mundo donde consigue el milagro de desconectar por completo.

Quizás para compensar los muchos años en que el contacto con su pueblo, y con Albacete, fue nulo tras acabar COU en la Universidad Laboral en 1987. Después de pasar por Alicante, su espíritu aventurero le llevó, como guía profesional, por toda Europa. Y después, con el dinero ahorrado, decidió recuperar su afición a la fotografía y convertirla en profesión, para lo cual se marchó a estudiar a Nueva York. Una etapa fundamental, como declara: «Descubrí la fuerza que un retrato podía albergar de la mano de grandes clásicos como Diane Arbus o Richard Avedon que claramente me han influenciado en ese estilo directo y sin contemplaciones que es hoy un poco mi firma».

Una firma cotizada desde entonces, que ya residiendo en Madrid le ha llevado a trabajar en prensa –como ‘freelance’- y eventos para agencias de comunicación, con una valoración profesional enorme y encargos de firmas nacionales y multinacionales. Y manteniendo en paralelo sus proyectos personales centrados sobre todo en el retrato «y en el deseo frenético para seguir capturando el entorno y muy especialmente las personas», como razona.

Quijote, Sancho y Feria. La relación de estos proyectos en los que anda metido desde hace años sería tan larga que es justo y necesario destacar sólo los más importantes y llamativos, donde queda la impronta de su ya comentado estilo propio. Uno de ellos, El cuerpo es una ilusión, seleccionado para la sección ‘Descubrimientos’, de Photoespaña 2015, trabajando con una compañía de danza que incorpora gente con todo tipo de discapacidades. También su participación en festivales como el ‘DOCfield’ de Barcelona sobre fotografía documental, o el Ivahm, un encuentro de videoarte contemporáneo con proyecciones en Madrid y México.

A los que añadir, además de su inminente cita en su pueblo, su otra personalísima serie ya mencionada de Celebración, y, claro, sus más que cotizadas clases particulares, siempre con un pequeño número de alumnos para poder incidir al máximo en su formación, y que siempre están llenas de solicitantes, muchos de ellos a expensas de nuevas convocatorias por haberse completado enseguida esta especie de ‘númerus clausus’. Sin olvidar que merced a su doble formación como terapeuta y fotógrafo ha desarrollado talleres en los que propone un método experimental, creado por él, para profundizar «en el desarrollo de un lenguaje fotográfico propio y descubrir nuevas formas de usar las herramientas fotográficas».

A pesar de esa etapa viajera y luego la de formación antes de instalarse profesionalmente en nuestro país, Carlos asegura que siempre ha presumido de sus raíces en la tierra de Don Quijote –«los albaceteños somos más Quijotes que Sanchos, afortunadamente», opina-, que, eso sí, «se conoce muy poco internacionalmente y tampoco mucho en España, donde la mayoría de gente ha oído hablar de las navajas y de la Feria y tiene la idea asociada a ciudad dormitorio», se queja el paisano. Aunque, por fortuna, merced a Iniesta, José Luis Cuerda, los chicos de Muchachada Nui y algunos otros, la cuestión va cambiando para bien.

Él lo ha experimentado cuando ha llevado a colegas y amigos y se han quedado muy impresionados cuando salen una noche de marcha por Albacete o se topan con un programa de actividades culturales que nadie se espera. «Yo explico que como en Albacete los jóvenes se ven obligados a buscar en qué rellenar las horas de ocio y esto da lugar a una infinita lista de asociaciones de teatro, cine, música, etc. Y cierra insistiendo en la idea de que, aparte de la Feria, las autoridades deberían hacer hincapié en la cultura, cuyas actividades «llaman más la atención, ya que a nivel de fiestas hay demasiada competencia en este país».