Salud Pública registra siete brotes con 120 afectados este año

Teresa Roldán
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La gran mayoría de las personas que enfermaron fue por norovirus y sapovirus, y 10 casos por bacterias

Una mujer lava fruta para evitar un contagio por gérmenes. - Foto: Anna Bizon

Durante lo que llevamos de año 2023, el equipo de profesionales sanitarios del Servicio de Salud Pública de la Delegación Provincial de Sanidad que se ocupa de los procesos infecciosos que afectan a más de una persona por el mal estado de los alimentos realizó 12 investigaciones de las que finalmente se confirmaron siete brotes positivos causantes de intoxicaciones alimentarias, dos menos que los nueve declarados en 2022, pero que en cambio afectaron a un mayor número de personas, a 120, frente a las 96 del año pasado.

Se trata de brotes que se han manifestado con infecciones gastrointestinales, y que por lo general son benignos y cursan con diarreas y vómitos, dolores abdominales, calambres, etc., causados por alimentos o bebidas como el agua en mal estado, lo que se conoce como intoxicaciones alimentarias o toxiinfecciones, que en la mayoría de los casos durante 48 horas.

De los 120 infectados, 110 han sido por virus, siendo los dos virus más frecuentes el norovirus y el sapovirus, que según el jefe de sección de Supervisión y Auditorías de la Delegación Provincial de Sanidad, Francisco Pedregal, «se trata de virus que son habituales en la población en primavera y otoño, y se traslada a personas que trabajan en el sector de alimentación, en bares y restaurantes, sobre todo, de comedores colectivos».

Uno de los brotes ocurrido este año se produjo en un campamento en la sierra de Alcaraz de jóvenes procedentes de Alicante, con 32 personas afectadas, tres de ellos manipuladores de alimentos. En la investigación realizada parece probable que la intoxicación alimentaria se produjo por la ensalada y por alimentos. Otro de los brotes se desencadenó en una guardería, con 20 niños infectados de campylobacter; asimismo, otra de las intoxicaciones tuvo su origen en la Sierra del Segura, y afectó a 18 personas, siendo el foco de contagio una fuente de agua, que tras detectarse rápidamente fue clausurada por los autoridades sanitarias; importante también resultó el brote alimentario que se produjo en un puesto ambulante de la Feria de Villarrobledo, con 22 personas intoxicadas, de ellas tres trabajadores. En este último caso, Salud Pública ha realizado un seguimiento de ese punto de venta de restauración en otras ferias a las que después acudió no localizándose ningún afectado más al haber mejorado las condiciones higiénicas en la manipulación de alimentos.

Además, otras seis personas enfermaron por salmonella de la que se contagiaron en dos establecimientos de restauración; en uno de ellos por una tortilla que no estaba cuajada y en otro por un huevo frito con la yema cruda; otras dos personas, una pareja, se infectó  de la bacteria bacillus cereus, por comer arroz cocido por sushi.

Sin embargo, el problema de los brotes por toxiinfecciones alimentarias es que más de un tercio, en torno a un 40% de los casos no se detectan ni declaran a Sanidad, ya se hayan producido en el ámbito familiar o en locales públicos controlados por la administración, «porque los médicos declaran los brotes cuando afectan a más de dos personas, hay casos aislados que se pierden, también porque los síntomas son muy leves y apenas tienen repercusión, generalmente la gente no va al médico porque pasados un par de días ya remiten los síntomas», agregó Pedregal.

Generalmente la vía de transmisión de estos virus es bien a través de la ingesta de comida en mal estado, por el contacto de un alimento contaminado en superficies o utensilios de cocina como cuchillos, platos y vasos. Por ello, la mejor medida para evitar estas infecciones alimentarias es el lavado frecuente de manos, sobre todo, después de ir al aseo o después de limpiar vómitos o heces (si son de niños); y hay que tener mucha precaución con la ropa, para lo cual es aconsejable utilizar guantes de un sólo uso.

Francisco Pedregal informó que la forma de eliminar estos virus del organismo de la persona infectada es a través de los vómitos y las diarreas. «En cada vómito o deposición de diarrea transmitimos millones de virus, y a veces con muy pocas partículas, entre 10 y 20, contraemos la infección, por eso son tan trasmisibles y si se dan en ámbito familiar, en guarderías o residencias, prácticamente afectan a todo el mundo». 

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