El Cristo del Sahúco volvió a su Santuario

Virgilio Liante
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Cerca de 200 gargantas de los andarines vitorearon: «¡Viva el Santísimo Cristo del Sahúco!», «¡Viva su Santísima Madre!», «¡Viva el acompañamiento!», y su grito de guerra: «¡Palmas, gandules!»

Romería del Santísimo Cristo del Sahúco - Foto: José Miguel Esparcia

Todos los años, el 28 de agosto de madrugada se celebra la despedida del Santísimo Cristo del Sahúco que permanece en Peñas de San Pedro para ser trasladado a su Santuario en el Sahúco. Las gargantas exclamaron los acostumbrados vítores: «¡Viva el Santísimo Cristo del Sahúco!» «¡Viva su Santísima Madre!», «¡Viva el acompañamiento!», así como el acostumbrado grito de guerra de los andarines, el clásico «¡Palmas, gandules!».

Estaba prevista la celebración de la Eucaristía a primera hora de la mañana para después salir en procesión camino del Sahúco hasta la Cruz.

El alcalde de Peñas de San Pedro, Antonio Serrano, dijo a La Tribuna de Albacete que había sido una mañana fresca para los andarines, porque hubo una incidencia digna de reseñar y hubo un recibimiento multitudinario a los cerca de 200 andarines.

Allí el Cristo del Sahúco se despedirá de su Madre la Virgen, bajo la advocación de la Dolorosa y de todos los miles de personas que allí año tras año se congregan para celebrar con fe y gozo esta fiesta. La imagen del Cristo fue entonces bajada de sus andas e introducida en su urna para ser transportada los 15 kilómetros que separan el Sahúco de Peñas.

El traslado fue realizado por los mozos y andarines que por «parejas» de cuatro miembros se van dando el relevo, uncías, para llevar sobre sus hombros y corriendo la caja con la imagen del Cristo dentro. «Este año fueron 47 parejas acompañadas de gran cantidad de gente», explica Antonio Serrano.

A su llegada al Sahúco el Cristo fue recibido otra vez por su Madre la Virgen María y se tiene una multitudinaria eucaristía al aire libre. Después en procesión es llevada la imagen a su Santuario donde permanecerá hasta el lunes de Pentecostés cuando volverá de igual forma a Peñas.

El origen de por qué se lleva la imagen corriendo es incierto. Hay una hipótesis que intenta dar explicación al suceso a raíz del hecho de que los mozos de Peñas, al enterarse de que los vecinos de una localidad cercana intentaban llevarse al Santo, se levantaron de madrugada vistiendo camisa y ropa interior y fueron corriendo a por la imagen. Aunque existen diferentes versiones, dependiendo de la población, todas coinciden que fueron los de Peñas los que se llevaron al Cristo y así sigue siendo desde entonces.

La talla se viste desde antiguo, la primera noticia que se tiene es del año 1764, con un paño de pureza o faldellín al que se le denomina sudario. También lleva cinturón y banda colgada en el brazo horizontal de la cruz. Se cubre la cabeza y se le corona con espinas. Asimismo Juan Iniesta, párroco del Sahúco, explicó que la historia está muy arraigada porque la devoción está «muy arraigada», tanto en los pueblos de Peñas de San Pedro, como del Sahúco, porque «los peñeros han querido moverse mucho y han dado a conocer la tradición y en este día tan significativo para la romería se oían muchos acentos distintos, incluso en valenciano, catalán, mallorquín, gente de todas estas regiones que hacían de andarines».

Desde el pasado martes se está realizando el Peñas de San Pedro el novenario en honor al Santo Cristo del Sahúco. Los actos del novenario consistieron en la eucaristía que se celebra a las 9.30 de la mañana excepto ayer domingo, que es a las 12 del mediodía y con los rezos que son a las 10 de la noche excepto el último día, miércoles 27 de agosto, que será a las 7.30 de la tarde. Este año el tema elegido para los rezos es la oración del Padre Nuestro, modelo y regla de toda oración cristiana.

Desde la parroquia indica el párroco Juan Iniesta que «vivimos tiempos en los que estamos necesitados de encuentros con el Señor, uno de esos encuentros es la oración. Este año se ha querido elegir el Padre Nuestro como un deseo de crear en todos nosotros una necesidad de encontrarnos con el Señor en la oración. Hoy cómo en tiempos de Jesucristo nos acercamos a Él y le pedimos que nos enseñe a orar».

Él nos ofrece esta oración maestra y comunitaria para que nosotros con interioridad y deseos de dialogar con Dios Padre nos encontremos con Él.

«Este año también en la Eucaristía se ha querido pedir con fe y devoción por el gran don de las vocaciones a la vida sacerdotal, religiosa y misionera. Le estamos pidiendo al Cristo del Sahúco que nos envíe obreros a su mies pues los obreros son pocos y la mies mucha».

Asimismo, sobre las vocaciones Juan Iniesta explicó que «hay tres seminaristas en la Diócesis de Albacete, aunque tampoco es  una cosa que extrañe porque a los jóvenes de hoy en día les cuesta comprometerse y asumir estos compromisos es contracultural e incluso heroico».