25 años de paz en Irlanda del Norte

Agencias
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Los acuerdos de Viernes Santo pusieron fin a un conflicto entre unionistas y republicanos que se cobró la vida de 3.500 personas

Una mujer deposita flores en una tumba familiar, durante un acto conmemorativo en Belfast. - Foto: Reuters

El 10 de abril de 1998, el Úlster puso fin con un histórico pacto a tres décadas de conflicto. Los acuerdos de Belfast, rebautizados para la posteridad como los de Viernes Santo por la fecha en que se firmaron, marcaron el principio del fin de unos enfrentamientos sectarios a partir de un consenso que ahora se tambalea, agitado por los efectos colaterales del Brexit.

El conflicto se remonta a los años 20 del siglo pasado, cuando la isla de Irlanda se dividió entre un país homónimo independiente y una zona septentrional que seguía vinculada al Reino Unido. Triunfaron entonces las tesis unionistas, en detrimento de las de los republicanos, que querían integrarse en la Irlanda individualista.

Las discrepancias políticas y sociales derivaron en la creación de grupos armados: por parte de los unionistas, surgió la paramilitar Fuerza Voluntaria del Úlster, mientras que en el bando rival se erigió el Ejército Republicano Irlandés, IRA. Y entonces comenzaron Los Problemas, el eufemismo por el que se conoce a un conflicto que se cobró durante tres décadas más de 3.500 vidas, hasta la firma de los acuerdos de Viernes Santo.

Dicho texto tenía como principal desafío dibujar un nuevo marco de convivencia que reflejara el complejo tejido social de un pueblo partido en dos, con divisiones establecidas incluso en el ámbito religioso. El pacto sentó las bases de un marco de respeto entre las dos partes y, en el terreno político, dio pie a un nuevo Parlamento con sede en Belfast y un Gobierno de obligada coalición. Los nacionalistas, encabezados por el Partido Unionista Democrático (DUP), y los republicanos, con el Sinn Féin a la cabeza, brazo político del IRA, estaban obligados a sentarse a la misma mesa para dialogar.

Los grupos armados renunciaron a la lucha y se produjeron excarcelaciones, mientras que Londres accedió a olvidarse de gran parte de su presencia militar como gesto de distensión.

El acuerdo, sin embargo, no supuso el fin completo de la violencia, ya que si bien los principales líderes accedieron a deponer las armas, se generaron ciertas divisiones en el seno del IRA que derivaron en la constitución de varias escisiones, con pequeños colectivos que siguen activos a día de hoy y que aún siguen siendo una amenaza a ojo de las autoridades.

De hecho, en una fecha tan histórica, un cuarto de siglo después de rubricarse el citado texto, la Policía autónoma norirlandesa reforzó ayer su presencia en las calles de las ciudades de la provincia, sobre todo en Belfast. 

Aunque el temor a posibles amenazas terroristas es especialmente visible hoy, con la visita a la capital norirlandesa del presidente estadounidense, Joe Biden, firme defensor del proceso de paz, y el primer ministro británico, Rishi Sunak, a Belfast, ayer mismo se vivieron las primeras tensiones, con altercados en la localidad de Derry, donde un grupo de simpatizantes republicanos lanzó en una manifestación cócteles molotov contra un furgón de la Policía.

El 'divorcio' con la UE

Todo ello en un contexto marcado desde 2016 por el Brexit. En junio de ese año, una mayoría de ciudadanos británicos apostó por la salida del Reino Unido de la UE, lo que obligó a redibujar unas relaciones que tenía entre sus puntos más espinosos los límites en la isla de Irlanda.

Londres y Bruselas idearon el conocido como Protocolo de Irlanda del Norte, anexo a los acuerdos del Brexit y que alejaba el fantasma de una frontera dura: permitía a los norirlandeses seguir vinculados al mercado comunitario, pero obligaba al establecimiento de controles con Inglaterra, Escocia y Gales. Pero el recelo unionista ha derivado en un bloqueo político norirlandés, hasta el punto de que esta zona carece de gobierno desde la pasadas elecciones. El pulso derivó en marzo en el Marco de Windsor, un texto que simplifica esos controles.