Editorial

La crispación política no se toma vacaciones este verano

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Acabamos de pasar por el segundo proceso electoral en menos de dos meses y, además de la sensación de hartazgo que provocan las campañas electorales, haber pasado dos sin ni siquiera haber hecho una pausa, marca a cualquiera. Ahora nos tenemos que tragar las discusiones postelectorales, que no son moco de pavo.

A penas ha pasado una semana desde que los españoles tuviéramos la suerte de volver a pasar por la urnas y parece que fue hace un año. Desayunamos, comemos y cenamos con la crispación política que genera el debate para ver quién es investido presidente. Dicen que el bipartidismo no era bueno, que era mejor que aumentara el espectro político, pues viendo cómo se están dando las últimas veces que se tiene que negociar una investidura, mejor aplicarse aquello de «Virgencica, que me quede como estoy».

Afortunadamente en esta época del verano es cuando más españoles están de vacaciones, un momento en el que se ve menos la tele, se oye menos la radio y se lee menos la prensa, pero, aún así, no nos podemos sacar de encima la batalla política que vive nuestro país. Y todo con la posibilidad de que en unos meses tengamos que volver a pasar por las urnas con el consiguiente sufrimiento para una ciudadanía cada vez más harta de la clase política.

Pero si no teníamos suficiente con la política nacional, nuestros políticos más cercanos tampoco nos están dando un verano tranquilo. Y encima hay un tema estrella en pleno julio: ¡las luces de Navidad! Ya hemos perdido la cuenta en la redacción de las notas de prensa que se han enviado tanto desde el equipo de Gobierno municipal como desde la oposición socialista sobre este tema, pero, desde luego, más de las necesarias y más de las que pueden aguantar los ciudadanos.

No es de recibo que en poco más de un mes desde que la nueva Corporación tomase posesión se esté dando tanto enfrentamiento y cruce de acusaciones entre populares y socialistas. Igual es que en los sueldos les va el estar eternamente enfurruñados con sus rivales políticos, pero al menos podían haberse dado un cierto margen de maniobra, o ¿dónde queda aquello de los 100 días de cortesía?

Y es que, el enfrentamiento llega hasta tal punto que el otro día denunciaba el PSOE el mal estado del parque Félix Rodríguez de la Fuente en el barrio de Medicina, algo surrealista si tenemos en cuenta que hace poco más de un mes era Emilio Sáez el alcalde.

Entre los políticos nacionales, con pactos electorales dignos de examen psiquiátrico y los locales en plena batalla campal, parece que se ha puesto de moda la doctrina atribuida a Maquiavelo con aquello de que el fin justifica los medios. Lo mejor que nos puede pasar a todos es que se vayan de vacaciones, así podremos descansar.