«Al Mester nos une el amor por la música tradicional»

Antonio Díaz
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Llanos Monreal visitó Albacete sólo hace unos días para presentar en Popular Libros, El Mester de nuestra vida, de Juan Enrique Barrio y Esther Maganto, en un acto en el que también estuvo presente otro de los fundadores, Fernando Ortiz

Llanos Monreal. - Foto: Víctor Fernández

Llanos Monreal visitó Albacete sólo hace unos días para presentar en Popular Libros, El Mester de nuestra vida, de Juan Enrique Barrio y Esther Maganto, en un acto en el que también estuvo presente otro de los miembros fundadores de Nuevo Mester de Juglaría, Fernando Ortiz. La albacetense comentó distintos aspectos de este trabajo, fundamental para acercarse a la formación, así como los proyectos de este emblemático grupo, imprescindible cuando se habla de música folk en España. 

Lo último de su grupo es ese libros El Mester de nuestra vida. ¿Por qué ese trabajo?

En realidad, el libro no ha sido idea nuestra, es de los autores, Esther Maganto y Juan Enrique Barrio. Nosotros les hemos proporcionado la mayor parte del material fotográfico, que es de Paco Manzano, que nos acompaña durante muchísimos años, luego fotografías propias del grupo de todos estos años. Este libro ha pretendido ser un reflejo de la trayectoria del grupo, pero no es una descripción exhaustiva, porque son 55 años de vida del grupo, desde 1969, pero sí es una trayectoria, desde el punto de vista musical, pero sobre todo desde el punto de vista humano, de nuestras vivencias, conciertos, amistades, familia, de nuestros colaboradores a lo largo de los años. Todo eso está recogido, con un resultado muy bonito y, al final, una parte actualizada con QR, que da acceso a conciertos y actuaciones en televisión. El resultado del libro es excelente. 

Usted llegó al grupo en 1973. ¿Qué hace una albacetense en Nuevo Mester de Juglaría? 

Fue a través de la Universidad. Estaba estudiando en Madrid y conocí, a través de la Universidad como decía, a gente que necesitaba una chica para un grupo  de folk. Me puse en contacto con ellos, entré en el grupo en 1973 y allí sigo. Entrar en el grupo cambió mi vida y mi ubicación, me fui a vivir a Segovia. Yo soy Hija Adoptiva de Segovia, pero nunca he perdido el contacto con Albacete, tengo aquí a mi familia; nací en la calle la Feria y es un honor. Todos los años vengo en diferentes épocas, por supuesto a la Feria, siempre, pero me paseo por aquí cada mes, cada dos meses,  vengo a disfrutar de la ciudad. Soy muy albaceteña.  

¿Cuál es secreto de Nuevo Mester de Juglaría, que ha mantenido un núcleo estable durante todos estos años?

El aspecto económico ha influido, porque todos nosotros nos hemos dedicado a nuestras carreras, a nuestras profesiones, la mayoría éramos profesores. Yo, por ejemplo, en el colegio Claret de Segovia, donde era profesora de Historia. Exceptuamos a dos, Rafa, que era técnico de sonido en televisión y Milagros, que trabajaba en Mapfre. Esto nos ha permitido no necesitar al grupo para vivir y poder elegir y seleccionar, porque no necesitábamos hacer cualquier cosa para ganarnos la vida. Por otro lado, el Mester es como una familia en realidad, tenemos una relación muy estrecha y nos hemos mantenido también gracias al respeto, a la consideración, intentando siempre llegar a puestas comunes en los proyectos que queríamos llevar a cabo, con nuestras discusiones, como en todas la familias, evidentemente. Al Nuevo Mester de Juglaría nos une el amor por la música tradicional, porque disfrutamos mucho en los escenarios, con el  apoyo del público, de la gente. Hemos estado hace poco en San Sebastián de los Reyes, donde nos hicieron un homenaje y el teatro estaba lleno, hasta arriba, El calor de la gente, el aplauso ayuda, porque en el momento en que veamos que no pintamos nada, será el momento en que decidamos retirarnos pero ya estamos en la gira 55 y hemos ampliado, con nuevos músicos.

¿Con apoyos?

Tenemos pianista, batería y, cuando hace falta, en conciertos, un cuarteto en determinados repertorios, por ejemplo, en Los Comuneros. El sonido es muy parecido al original, pero hemos mejorado con los años. 

No es sólo aquel grupo que marcó la transición en España.

Claro, hemos vivido esa época, muy buena y emocionante, que recordamos, pero después hemos ido cambiando, adaptándonos a las circunstancias, pero la base es la misma. 

Los Comuneros es un trabajo emblemático en su trayectoria.

Los Comuneros, para nosotros es el mejor disco, la mejor obra que hemos hecho. 

Actúan con frecuencia en su tierra.

Sin duda, hemos actuado muchas veces, con una gran relación con el Teatro Circo, donde hemos hecho Los Comuneros. Creo que hace dos años también estuvimos, pero luego, hemos pasado por muchos escenarios, por el parque o la Feria. Es muy estrecha la relación con los amigos, con Albacete y luego, en el Festival Folk de Segovia, en julio, siempre hay presencia de grupos de Albacete, con diferentes cuadrillas.  

¿Es muy diferente el público?

Castilla y León es también muy grande. Con Segovia, la relación es muy intensa, nos conoce todo el mundo y los conciertos son multitudinarios y en Albacete igual, venimos nos sentimos arropados, queridos. Realmente hablamos de Castilla, porque en Toledo, por ejemplo, nos pasa igual. Conocen nuestra música. 

Ahora tienen un proyecto muy bonito de recuperación.

Estamos sacando a la luz el material que teníamos, desde los orígenes del grupo, de todo lo que recopilamos en aquellas cintas de casete. Teníamos una colección muy grande, centrándonos en Segovia y alrededores, pero también en Albacete. Cuando entré en el grupo me interesé por la música tradicional de Albacete y empecé con el primer cancionero de Carmen Ibáñez de la provincia de Albacete, luego publicaciones de la Diputación sobre folclore y el contacto con grandes amigos, como Manuel Luna, Pedro Piqueras y otros que nos hay ayudado en este movimiento. Tenemos un repertorio inmenso y hemos hecho un trabajo de digitalización. Ese material lo estamos volcando en internet. Fundamentalmente, Fernando, mi marido, y mi hijo, Fernando, se encargan de llevarlo a cabo, con las voces de las personas que cantaban esas canciones, acompañadas de fotografías. El repertorio se llama Del archivo del Mester, que está colgado y cualquiera puede acceder a él. Eso lo teníamos pendiente y en eso estamos. En algunos de los episodios incluimos la versión recogida, la original, y la grabada por nosotros para ver el contraste.  

¿Con cosas de Albacete, de Barrax?

Sí, porque mi infancia, en temporadas, la pasaba en una finca de mi abuelo, cerca de Barrax. Se nos ocurrió empezar por ahí cerca y tenemos grabaciones de Barrax, de Casa Caballo y ahí recogimos con Manolo Luna, que ese día nos acompañaba, la Jota del que si que, que es una de las jotas más conocidas del Mester, que siempre está en el repertorio, porque el público nos la pide. También en la casa de El Bonillo, de mi madre, recogimos canciones y luego tenemos de Tiriez y, quizá lo más bonito que tenemos de Albacete es el Canto de segadores, que recogimos en Chinchilla y esa es una nación que nunca, jamás, falta en los conciertos. La tenemos recogida desde el año 1974, y nunca falla, en ningún concierto.  

Inician la gira del 55 aniversario, ¿qué planes tienen?

Pues mira, iniciamos la gira del 55 aniversario justo el 10 de marzo, en un pueblo de Segovia que se llama El Espinar, donde conmemora el 25 aniversario de la fiesta de Los Gabarreros. Nosotros hicimos un disco sobre este tema, que se llama Gabarrerías y cantaremos ese disco allí, en la fiesta y luego, van saliendo ya cosas de cara al verano y tenemos otra propuesta para hacer Los Comuneros en Burgos, creo que será en abril. 

¿Qué formato llevarán?

El normal es el que está compuesto por ocho músicos, laúd, bandurria, dos guitarras, bajo, batería y percusión, más teclado, como te decía esa es la base. En el caso de Los Comuneros, cuando lo hacemos, llevamos cinco músicos más, incluido un cuarteto.

¿Qué tiene esa grabación tan importante para Nuevo Mester de Juglaría, Los Comuneros?

Lo que tiene de valor es el formato. Se ha grabado dos veces, la primera edición fue en vinilo, pero teníamos  la necesidad de ampliar algunos aspectos del libro de Luis López Álvarez, este poeta leonés que es el autor de Los Comuneros, que no habían tenido cabida en el álbum, pero sí en el CD, porque podíamos incluir más episodios y metimos el de María de Padilla y grabamos una versión ??nueva, en directo, en varios escenarios y teatros. El valor de Los Comuneros, sin duda, es el texto, que es un romance en definitiva. Cuando leímos el libro nos dimos cuenta que tenía mucha fuerza. Hablamos del año 1975, cuando empezaron a resurgir otra vez los movimientos nacionalistas en Castilla, porque en Cataluña, Galicia y País Vasco ya tenían sus raíces históricas, pero no en otras comunidades españolas.  Entonces, creo que fue un hito y un impulso en el sentimiento de comunidad de Castilla. Para nosotros es el disco más importante.  

También es todo un símbolo Romance de «El Pernales».

Esa, la de El Pernales, es una historia increíble, porque oímos la primera versión que grabó Lanciano, después lo hizo Manolo Luna y nosotros empezamos a tirar del hilo de El Pernales, para ver en qué otros lugares de España se conocía este romance. Resulta que en Segovia estaba extendido, como en algunos pueblos de Madrid y limítrofes. Empezamos a recoger en distintos pueblos el romance de El Pernales, con la música de los tanguillos de Cádiz. Es curioso que en todos los pueblos se cantaba este romance con la misma música, tanguillos de Cádiz. Tenemos una recopilación literaria del romance de El Pernales, parte de la cual la grabamos en ese disco. Pero tenemos mucho más todavía y seguramente haremos un monográfico de la presencia de El Pernales en la provincia de Segovia. Es increíble cómo llegó este romance.  

También su directos es otro disco muy importante.

Ese lo grabamos por el décimo aniversario, en Segovia  y en Aranda de Duero y una tercera grabación se iba a hacer en Zamora, pero la suspendió el gobernador, por un atentado y había mucha confusión, total que nos prohibió el concierto. 

¿La próxima visita a Albacete con el Mester.

Sencillo, cuando nos llamen y estamos deseando que nos llamen.