Ilia Galán

LA OTRA MIRADA

Ilia Galán

Poeta y filósofo


Felicidad española

16/04/2023

Brotó el vegetal sexo con esplendor, su aroma creció, y mi nariz se acercó con gran delectación. Volver a atravesar los campos labrados y bosques que me llevaron al pueblo de mis ancestros en la pasada Semana Santa suele tener en uno efectos benéficos, más allá de ese período de paz y meditación de un tiempo pintado en morado, pues la primavera estalla floreciendo en nuestras pequeñas poblaciones. Las flores, blancas o de colores brillantes, brotan por doquier donde los pesticidas, los mismos que envenenan acuíferos y a los pajaritos, abejas y otros bichitos, no fueron tan intensos. Pero las floraciones han de dejar frutos, porque si no, nos quedamos en fuegos artificiales, como los que parece se están produciendo con nuestras leyes, con lo que regulan nuestros gobernantes. 
Hace poco salieron a la luz los estudios de Naciones Unidas sobre una presunta medición de la felicidad de los países, asunto difícil, pero algunas pistas dan sobre la realidad social del planeta, a partir también de amplias encuestas. La epidemia de suicidios en Japón es escandalosa, sobre todo con estudiantes. Es llamativo que Finlandia se sitúe como el país más feliz del mundo desde hace años. La política, la educación y la economía, bien repartida, apoyo social, libertad, salud, hace que sus ciudadanos se sientan muy bien, cuando es una región del mundo con terrible clima, oscuridad invernal horrenda... Muy cerca le siguen Dinamarca, Islandia, Suecia, Noruega... Con similares condiciones climáticas... El Mediterráneo, sin embargo, donde Israel se alza con buen puesto, tendría que ser por naturaleza un lugar feliz... En España, como en Italia, los que hemos habitado fuera sabemos que se vive bastante bien, mucho mejor que en otros países más ricos. Pero ha descendido al puesto 32, y es que en nuestra política abundan corruptos e ineptos..., así sucede en los territorios que están en la cola de la felicidad, donde se sienten más infelices, como Venezuela o el Congo..., y el desgraciado Afganistán, talibán.
Además del clima y la gastronomía, somos una sociedad que tiende al disfrute mutuo. La alegría es apoyada por las subvenciones, la vida apoyada por un Estado que evita en una parte de la población la pobreza y ayuda a unos y otros a desarrollarse... Pero estas flores pueden ser como fuegos artificiales, que luego en vez de frutos, dejen calcinados restos, tristes cenizas.
En varios pueblos y muy distantes me han dicho lo mismo. No se encuentran jóvenes que quieran trabajar en hostelería ni en el campo... Esperan sueldos mayores y, sin embargo, la tasa de paro juvenil es la más elevada de la Unión Europea. Uno de cada tres prefiere vivir de sus padres o de los subsidios. Pan para hoy, hambre para mañana. ¿E incentivar que trabajen? Prefieren emigrar a las ciudades, pero necesitamos frutos, no solo flores.