Un Thyssen de lo más romántico

Agencias
-

La ceramista Noemi Iglesias aborda el amor más idealizado desde un punto de vista consumista y lo confronta con las relaciones de Tinder

Un Thyssen de lo más romántico - Foto: NOEMI IGLESIAS BARRIOS

Justo en el mes del amor, el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid presenta una de sus exposiciones más románticas: Love Me Fast, de la artista Noemi Iglesias Barrios (Langreo, 1987). Se trata de una muestra concebida desde la perspectiva de género y que aborda el amor más sentimental en la época de las redes sociales.

La artista asturiana dialoga en esta ocasión con algunos cuadros de la colección del museo a través de una veintena de obras realizadas en medios tan diversos como el bronce, el cristal, el vídeo y la fotografía, además de recurrir también a su material preferido, la porcelana. 

Así, la creadora toma el amor idealizado y romántico, en «un plano consumista» y lo confronta con las relaciones tóxicas que «a menudo se producen» en la época de las redes sociales o las aplicaciones de citas como Tinder.

Se trata, como recalca el director del centro, Guillermo Solana, de una sátira de la banalización del amor que se pasea por cuatro salas de la pinacoteca, una rareza museística que pocas veces sucede. «Más allá de una crítica a Tinder, a las apps digitales relacionadas con las citas, y más allá de la rapidez, que es como la de la comida rápida, la del fast food, hay una mirada más profunda y de más largo recorrido sobre lo que el amor romántico, el amor-pasión, ha sido desde hace muchos siglos, sobre todo en Occidente», explicó Solana hace unos días en la presentación de la exposición, una exhibición que podrá disfrutarse hasta el próximo 28 de abril.

Precisamente, para ilustrar esta secuencia cultural, la artista divide la muestra en diversas estancias que se corresponden con el recorrido a lo largo de la historia del arte sobre el concepto del amor y el romanticismo, según relata la propia artista.

Para eso, Iglesias comienza por la llamada sala azul, que trata del amor galán, el de la mitología, en donde une sus cerámicas con cuadros como El rapto de Europa, de Simon Vouet, o El Columpio, de Jean Honoré Fragonard.

Después, da paso a la sala rosa, en la que la artista concibe el amor más inocente o cliché con el apoyo del óleo La casa entre las rosas, de Claude Monet. Le sigue, finalmente, la estancia roja, que acoge la estética pop y que presenta el amor como consumismo, además de revelar la mercantilización de las emociones.

«Cerramos el ciclo con un entendimiento un poco más actual de las redes sociales y de cómo se establecen las relaciones emocionales a través de las aplicaciones de citas, y lo que conlleva, por ejemplo, el planteamiento de racionalizar esas sensaciones a través de un texto y una fotografía, y no a través de lo que quizás sienten los usuarios», resume Iglesias.

Amante de la porcelana

Noemi Iglesias es una de las artistas contemporáneas que han vuelto a poner la cerámica y la porcelana en el centro del sistema artístico, tanto en ferias y bienales como en exposiciones en museos. 

Su interés por esta milenaria técnica le ha llevado a realizar, en algo más de una década, numerosas residencias en centros de estudio de países de distintas culturas, desde Grecia, el Reino Unido y Hungría, hasta China, Corea del Sur o Taiwán, alcanzando una gran maestría en su ejecución. 

La tenacidad y la paciencia que requiere el aprendizaje y los procesos de trabajo con este material parecen ser un antídoto frente al llamado fast love que la artista analiza, critica y juzga sin paliativos en su trabajo diario.