Quedan aún muchos meses para saber quien será el último, el que cierre la persiana, el que apague la luz y el último luminoso de la sede madrileña. Pero al ritmo que va la desbandada tan solo un milagro que las encuestas recogen a medidas, unas más benévolas que otras, el final se acerca ya y tendrán que afrontarlo serenamente, como dice la canción de Frank Sinatra. A Ciudadanos solo le queda un resquicio de poder en el Ayuntamiento de Madrid y de celebrarse las elecciones municipales después de mayo tendría que abrir un casting para lograr candidato son el que rellenar la candidatura electoral.

A la vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís cada día le deserta alguno de los concejales con los que cuenta su grupo municipal, le hacen un agujero a la lista y los desertores se van a llamar a la puerta del PP madrileño sin ningún recato, aduciendo que al menos tienen experiencia de gestión, que no lo han hecho tan mal y que reclaman una nueva oportunidad en la casa grande de la derecha con cuyos habitantes han trabajado codo con codo sin dar guerra y meterse en líos hasta el punto de que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, les tiene en buena estima.

Sin embargo, el PP madrileño es muy grande y aunque las posibilidades de volver reeditar un éxito de relumbrón y mantener o aumentar incluso su representación, hace que pueda dar la oportunidad a nuevos valores internos, los puestos de salida no son tan abundantes como para tener que compartirlos con los transterrados del partido naranja. Por lo pronto estos tránsfugas no tienen garantizado que irán en la candidatura madrileña. La presidenta madrileña y del PP regional, Isabel Díaz Ayuso todavía no ha dado el plácet y aunque lo haga quizá no todos acaben teniendo acomodo en la lista. Otros de los ediles con los que contaba Ciudadanos en Madrid, directamente han dejado la actividad política para dedicarse a sus asuntos profesionales.

La salida de Pablo Casado de la dirección del PP hizo que se dejara atrás la teoría de la OPA hostil contra Ciudadanos que llevaba a cabo la cuña de su propia madera, el que fuera secretario de Organización de Ciudadanos, Fran Hervías, por el periodo de descomposición en el que ha entrado el partido que ahora lidera Patricia Guasp, ha vuelto a animar a la dirección popular a reactivar el fichaje de responsables políticos de Ciudadanos y recoger los restos del naufragio.

La propia Begoña Villacís, que hace unos meses practicó la yenka y tuvo contactos con el PP no se sabe bien con qué intenciones después de haber tenido un papel destacado en la refundación, y de la que siempre se intuyó que podría acabar llamando a la puerta del PP ha presentado su candidatura electoral al ayuntamiento de la capital de la que solo forman parte tres de los diez concejales que tiene el partido naranja. Forman lo que ha definido como "la lista de la honestidad, de los valientes".

Entretanto, la portavoz parlamentaria de Ciudadanos -buena intervención en la moción de censura contra Sánchez- ha decidido trasladarse a vivir a Jerez de la Frontera de donde procede su familia. Y una vez más ha negado que su intención sea acabar en el PP. El tiempo será el testigo de sus palabras.