La Sección Segunda de la Audiencia Provincial juzgó ayer a un policía local de Jumilla retirado por violar a una mujer en una vivienda que tenía alquilada en Hellín, hechos que el acusado negó en todo momento, aunque si reconoció haber mantenido relaciones sexuales con la víctima, pero consentidas.
En concreto, el acusado, A.G.D., explicó que recibió una llamada de la denunciante en la que le pidió que le alquilara una habitación, pero él le dijo que sólo alquilaba a varones, por lo que ella le comentó que al menos la invitara a comer, con lo que la llevó, con una amiga, a un restaurante próximo a Hellín, luego fueron a Cieza y después a Jumilla de nuevo.
Un par de días después quedó a solas con la denunciante, M., y según señaló el acusado ya hubo besos y tocamientos en el coche, antes de regresar a Jumilla y tras visitar Hellín. «Teníamos una relación como de noviazgo», señaló el acusado, que además manifestó que le dejó dinero para pagar el alquiler de la habitación en la que residía en Jumilla.
Como a la mujer no le salía trabajo en Jumilla decidió irse a Andalucía, pero como tenía que irse de la habitación donde vivía, el acusado le ofreció que se fuera unos días a un piso que él había alquilado en Hellín, para que viviera en el mismo una amiga suya colombiana que ya se había ido. Por eso el 25 de julio de 2020, aproximadamente un mes después de conocerse, recogió a la denunciante en su vivienda y la llevó a Hellín, donde comió con ella en el mismo restaurante y tras tomar unas tapas por Hellín fueron al piso, donde se tumbaron juntos en la cama y ella le masturbó. «No llegamos a tener relaciones sexuales completas, porque estoy flojo desde hace 14 ó 15 años, tengo problemas de erección». Si que señaló que a la hora de eyacular lo hizo sobre los muslos de ella.
Un robo. Después el acusado descansó en otra habitación y se fue a Jumilla, regresando por la mañana, momento en el que descubrió que ella había robado dinero colombiano y el pasaporte de la amiga colombiana que había vivido allí antes, por lo que fue a denunciarla a la Comisaría de Policía Nacional y fueron dos agentes a la casa.
Por su parte, la mujer manifestó que una chica rumana le dio el teléfono del acusado, cuando supo que ella buscaba una habitación y trabajo. Aunque el acusado le dijo que no disponía de ninguna habitación, le comentó que igual le podía dar trabajo un amigo. Además le pidió que quedaran en persona en una cafetería para conocerse, por lo que ella fue allí con su amiga, con la que buscaba piso. El acusado dijo entonces que las invitaba a comer y las llevó a un restaurante y luego a tomar algo por Hellín. En el mes de julio, como no encontraba trabajo, volvió a llamar al acusado, que le ofreció dinero para pagar el alquiler y que le dijo que podía trabajar limpiando la casa que tenía en Hellín y vivir allí, donde él iba de vez en cuando.
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