Apenas dos semanas antes de su comienzo, los profesionales de la hostelería y el turismo albacetense preparan ya la primera temporada alta del año, la Semana Santa, con la confianza de continuar la línea ascendente de actividad que prácticamente no se ha frenado desde que se levantaran las restricciones preventivas por el Covid-19.
En muchos parámetros, como viene informando La Tribuna, el sector se sitúa ya con datos similares o mejores a los previos a la pandemia. Ocurre así, por ejemplo, en la ocupación hotelera que, en el global de 2022, cerraba el año con prácticamente las mismas pernoctaciones que en 2019 (un 50% más que hace 10 años), mientras que enero de 2023 suponía un aumento de casi el 30% con respecto al mismo mes de 2022.
Ahora, para las fechas pasionales, Begoña Garijo, gerente de la Asociación de Empresarios de Hostelería y Turismo de Albacete (Apeht), pulsó la previsión de los hoteleros y explicaba a este diario que «para los cuatro días festivos nos hablan de una ocupación del 80%, un dato sorprendente y que es mucho para Albacete capital».
De hecho, supondría prácticamente duplicar las cifras de hace unos años, un hecho probablemente influido por la mayor repercusión de la Semana Santa albacetense, declarada de Interés Turístico Nacional, o el retorno a la capital de viajes organizados. «Los grupos se habían acabado hace mucho tiempo y están volviendo a la ciudad, tanto a través de operadores como de colectivos, y contribuyen a generar mucha actividad», añadía Garijo sobre estos.
También en el ámbito hotelero, Garijo detallaba que «en la provincia aún sube más, porque las zonas con mucha tradición de Semana Santa, como Hellín y Tobarra, ya están al 100%, mientras que se puede alcanzar entre el 80% y el 90% para esos días fuertes en comarcas como las sierras de Segura y Alcaraz y La Manchuela, bajando al 40 o 50 el resto de la semana».
Por tanto, en términos generales, se prevé un aumento de las cifras de negocio y, por tanto, del empleo. En cualquier caso, la gerente de Apeht reconocía que «es difícil establecer una previsión de contratación. Dependerá de la evolución, y también hay sectores que no se mueven tanto por la llegada del buen tiempo».
En cuanto a los resultados del comienzo de año, Garijo apuntó que «pensábamos que la actividad iba a bajar después de navidad, pero ha estado aguantando». «Marzo ha sido algo más flojo, pero las previsiones son buenas, porque comenzamos con la temporada de eventos, que es muy importante, y las terrazas, que para la hostelería son vitales. Eso se nota tanto en ingresos como en contratación, que también crece por las tascas del Paseo de la Feria», añadía.
La Semana Santa coincide además este año con un previsible punto álgido de esa temporada de terrazas, por lo que los hosteleros confían en que las condiciones meteorológicas acompañen en esas fechas festivas. «Si el tiempo acompaña, las terrazas se llenan, la gente sale más a pasear y también comienza a moverse más el turismo rural», apuntando también como otro factor clave el inicio de la campaña de celebraciones para los restaurantes y hoteles que organizan eventos: el año pasado ya fue muy fuerte, porque se organizó lo que no se había hecho ni en 2020 ni en 2021, y ahora hemos vuelto un poco a la normalidad, pero se prevén muchos eventos», indicó.
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