Segundo partido de la temporada, y segunda victoria del Villarrobledo, que además permanece imbatido. El equipo de Sergio Aracil logró el primer triunfo a domicilio en un partido en el que le costó adaptarse a las circunstancias, pero en el que demostró tener paciencia y saber estar para acabar llevándose los tres puntos con un tanto de Farisato.

El partido lo afrontaron los dos entrenadores con el mismo esquema de juego, con tres centrales y dos puntas. En lo que también coincidían fue en que dejaban descolgado a uno de los carrileros en posición habitualmente más adelantada, mientras que el otro se emparejaba más con los centrales. Una fórmula poco extendida, y a la que pareció más acostumbrado el Marchamalo, y, sobre todo, más adaptado a la superficie del campo y al bote del balón.

En líneas generales fue un partido parejo. El equipo local quería y tenía algo más la posesión del balón que un Villarrobledo que buscaba claramente el gol al contragolpe. Pocas ocasiones se vieron durante el partido. De hecho, durante la primera mitad, tan solo una vez pudo marcar el equipo de Sergio Aracil. Fue con un disparo desde fuera del área de Juan Álvarez, detenido sin problemas el portero local. Hortal, en el área propia, tuvo que meter una gran mano en un cabezazo de Álex y Ayoub estrelló poco después un balón en el larguero. Las ocasiones del equipo alcarreño fueron todas en el tramo final del primer tiempo, el único el que el Villarrobledo lo pasó realmente mal.

El segundo tiempo fue más igualado que el primero. Con el paso de los minutos, la escuadra robledana le fue cogiendo el punto al terreno de juego y al sistema del rival. Aunque el conjunto gallardo se acercaba más al área no ponía en apuros a los hombres de Sergio Aracil, que defendían a buen nivel. Por eso sólo concedieron una opción clara de gol, en un balón que bajó Ayoub en el área pequeña y que remató Cristian. Afortunadamente, Oliveira sacó sobre la línea el que parecía el 1-0.

El partido parecía condenado a repetir el 0-0 de la pasada temporada, hasta que Farisato marcó un gol de oro. En un desajuste de la zaga local, el delantero del Villarrobledo, que acababa de saltar al terreno de juego, recibió en solitario dentro del área. Tras bajar el balón, remató impactando en un defensa. El rebote le cayó al propio Farisato, que, tras dejarlo botar dos veces, remató raso, batiendo por bajo a Galán.

Tras el gol, el conjunto verde trató de volcarse, pero fue un quiero y no puedo. El equipo de Ángel Sanz se dio de bruces contra el muro infranqueable en el que se convirtió el equipo de Aracil, que logra el pleno de seis puntos en este magnífico arranque de temporada. 

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