"Las prisiones necesitan agentes educativos profesionales"

Sara Ruiz
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Juan Martínez Vila recibirá el 2 de octubre en Cuenca, en el Día Internacional de la Educación Social, el VI Premio del Colegio Oficial de Educadores y Educadoras de CLM por su TFG realizado en el módulo de reclusas de la Torrecica

Jaun Martínez Vila será reconocido por su TFG por el Colegio Oficial de Educadores y Educadoras de CLM. - Foto: Juan Martínez Vila

Juan Martínez Vila es graduado en Educación Social recientemente por la UNED, natural de Albacete, y acaba de ser galardonado en la sexta edición del reconocimiento, con el Premio al Mejor TFG que otorga el Colegio Oficial de Educadores y Educadoras de Castilla-La Mancha. Su trabajo es una investigación basada en un programa de la Asociación Quorúm+ y se ha llevado a cabo en el Centro Penitenciario de La Torrecica.   Diagnóstico de necesidades formativas en los/as agentes socioeducativos del Proyecto Empoderamiento afectivo-sexual es el título del trabajo que será galardonado.

En este sentido, y según datos del Consejo del Poder Judicial en 2022, hay  un 7% de mujeres en las cárceles de España. Actualmente sólo hay cuatro prisiones de mujeres en todo el territorio nacional . De los 55.751 reclusos, 51.680 son hombres y 3.971 mujeres. En la prisión de La Torrecica, este año hay 20 mujeres. Por ello, el trabajo que ha llevado a cabo Vila se centra, entre otras cuestiones, en las necesidades que tienen las mujeres que conviven en unas cárceles todavía masculinizadas. 

En unos días recibirá el Premio al Mejor TFG, un galardón que lo otorga el Colegio Oficial de Educadores y Educadoras de Castilla-La Mancha, ¿Qué significa este reconocimiento para usted?

En un primer momento sentí incredulidad, fue un sentimiento extraño, pero cuando terminé de asimilarlo, me sentí orgulloso del trabajo que había llevado a cabo. El hecho de que un tribunal valore un trabajo y lo reconozcan como el mejor de Castilla-La Mancha es un honor y me llenó de felicidad. 

¿En qué consiste su TFG?

En primer lugar, traté de identificar y analizar cuáles eran las necesidades formativas de los/as agentes socio educativas que intervenían en el proyecto que se estaba llevando a cabo. En este caso era el empoderamiento afectivo sexual, la inteligencia emocional y la diversidad sexual. Esta formación la estaba realizando la Asociación Quorúm +.

En esa labor de investigación, ¿qué necesidades había que solucionar?  

En los últimos meses he trabajado en Salud Mental y me llamaron para  dar una charla sobre empoderamiento y Salud Mental en el Centro Penitenciario de La Torrecica con las mujeres en reclusión. Me pareció un tema interesante y me llamó la atención adentrarme en los módulos donde conviven las mujeres. La situación que me encontré allí no era la más adecuada. La Asociación Quorúm realiza talleres con las mujeres, pero al final la perspectiva y la brecha de género existe en todos los sitios, y en este caso, la desigualdad traspasa las paredes de las cárcel. Es muy duro ser mujer en las prisiones. Las internas, en la actualidad y a nivel nacional, sólo son el 7% del total de reclusos y han de cargar con una triple condena: penal, social y personal, lo que hace aún más dura su pérdida de libertad. 

Una vez allí dentro, me limité  a analizar las necesidades que tenían los agentes educativos. Existe una falta de profesionalidad abismal, pero porque los funcionarios llevan años dedicados a esta prisión y no son educadores sociales. 

Es graduado en Educación Social.¿Qué importancia tiene esta disciplina en la actualidad?

La figura del Educador Social lleva ya más de 30 años. Pero no fue hasta 2007 cuando paso a ser grado. Hemos llegado a la conclusión en mi investigación de las necesidades formativas que existen entre los agentes educativos. Vivir en la cárcel no es nada fácil, porque es un mundo que está muy masculinizado. 

Hay una falta de perspectiva de género que se debería de controlar. Los apoyos para la reinserción de las mujeres son escasos. Faltan estudios, en definitiva, d leo que es la vida de la mujer presa. De hecho hasta 2018, el Defensor del Pueblo no se interesó por la perspectiva de género. La falta de estudios provoca la escasez de de personal profesionalizado y una base científica para poder abordar esta discriminación que sufren las mujeres dentro.

¿En qué ámbitos interviene un educador social?

Un educador social trabaja con todos los colectivos en una situación de vulnerabilidad. La base de la importancia de la Educación Social, a mi juicio, reside en poder crear una sociedad donde nadie quede exluido por ningún motivo, ni en cultura, ni religión ni nacionalidad, etcétera. En definitiva, que todas las personas puedan desarrollarse en igualdad de condiciones y oportunidades con sus semejantes. Además, también la Educación Social consiste en proporcionar a esos colectivos vulnerables recursos, competencias, estrategias o habilidades que les permita desarrollarse plenamente e integrarse en el grupo.   Básicamente, es necesario crear una sociedad más justa, igualitaria y participativa.  En cualquier caso, el hecho de haber decidido llevar a cabo esta investigación es porque soy colaborador y socio de la Asociación Quorúm+ y las mismas presas demandaron una formación para saber afrontar las desigualdades en las cárceles.