Dice que no hay un concierto más especial que otro, pero el de Navidad tiene duende, algo tan mágico y emocional que lo hace único. Quizá un programa muy ameno, muy familiar y también tradicional, quizá lo que para la mayoría de espectadores representa el 25 de diciembre, y seguramente también por el humor que le imprimen sus músicos.
Con un lleno hasta la bandera a pesar de que había que pagar una entrada de tres euros, que se donarán a la institución benéfica del Sagrado Corazón de Jesús, la Banda Sinfónica Municipal de Albacete ofreció ayer el Concierto Extraordinario de Navidad, con toda seguridad uno de los pocos, por no decir el único, que se interpreta el mismo 25 de diciembre: «Sabemos que supone un esfuerzo para los músicos, porque tienen que venir descansados de la cena de Nochebuena, pero todos lo tenemos asumido».
Son palabras del maestro Miguel Vidagany Gil, director de la Banda Sinfónica de Albacete, y responsable del repertorio que se ofreció ayer, un programa que asegura prepara con «mucho esmero» y teniendo muy presente las fechas navideñas y la importancia que tiene interactuar con el público y ofrecerle un concierto divertido, en el que incluso se incorporan un par de sketches protagonizados por los propios músicos.

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