Editorial

España sigue sin un nuevo Gobierno tres meses después

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Hoy se cumplen tres meses desde la celebración de las Elecciones Generales, el pasado 23 de julio, en pleno verano, entre olas de calor y la mitad de los ciudadanos disfrutando de las vacaciones del estío. Fijar los comicios para esa fecha fue la jugada maestra del actual presidente en funciones, Pedro Sánchez, ya que tras el batacazo socialista a finales de mayo en las urnas para las municipales y autonómicas, realizó una huida hacia adelante que, a priori, le dio buen resultado porque, tres meses después, es el candidato a la investidura.

El popular Núñez Feijóo fue el primero en recibir el encargo del Rey Felipe VI para formar Gobierno, pero como los resultados de las urnas le propiciaron menos diputados de los esperados y sólo tuvo el apoyo de Vox, el gallego vivió una fallida investidura a finales de septiembre, por lo que a principios de mes se puso de nuevo en marcha la maquinaria y, tras la pertinente ronda de consultas de Felipe VI, el día 3 le hizo el encargo al socialista Pedro Sánchez, quien, a medida que pasan los días, encuentra más obstáculos. Para lograr la investidura sabe que tiene que vender su alma a nacionalistas e independentistas. El PNV nunca se va de vacío a cambio de su apoyo, y desde Cataluña, tanto ERC como Junts marcan como punto de partida la amnistía y en un horizonte cercano sitúan el referéndum. Difícil papeleta para Sánchez dar el 'sí' a lo que tantas veces dijo 'no' es 'no', pero a lo largo de su trayectoria al frente de los socialistas ha demostrado que cambiar de opinión le cuesta casi tan poco como hacerlo de camisa.

Tragar con nacionalistas e independentistas parecía el principal peaje para Sánchez, pero ahora también le surge un problema con quienes pensaba que todo estaba controlado. Por un lado, Yolanda Díaz le aprieta las tuercas con la reducción de la jornada laboral para darle su apoyo, mientras que Podemos se desmarca de Sumar, para sacar su tajada, indicando que son dos fuerzas distintas que acudieron en coalición a los comicios del 23-J, pero que negocian «por separado» porque «aspiran a hacer proyectos diferentes», según el coportavoz de la formación morada, Javier Sánchez Serna.

Con este panorama, el calendario sigue consumiendo días y semanas y la presidenta del Congreso, Francina Armengol, todavía no ha fijado una fecha para la sesión plenaria de investidura de Pedro Sánchez, sin olvidar que el candidato socialista tiene en el 27 de noviembre la fecha límite para ser investido.

Mientras tanto, en estos tres meses de parálisis gubernativa, la economía no marcha por sus mejores derroteros, con unos precios nuevamente al alza, entre otros condicionantes nacionales y mundiales, que castigan a unos ciudadanos que empiezan a hartarse de una clase política que no es capaz de formar un nuevo Gobierno que trabaje por quienes les encargaron esa tarea hace ya tres meses.