El teatro del humor

Virgilio Liante
-

'El viento es salvaje. Las niñas de Cádiz', que obtuvo el Premio Max al Mejor Espectáculo Revelación 2020, se podrá ver hoy, a partir de las 20 horas, en el Teatro de la Paz

El reparto de 'El viento es salvaje' - Foto: Las Niñas de Cádiz

Carcajadas, una historia terrible que lleva a la comedia porque son de Cádiz y tienen una fuerza sin igual para sacar la vis cómica. El viento es salvaje. Las niñas de Cádiz se podrá ver hoy, a partir de las 20 horas, en el Teatro de la Paz. Ana López Segovia atiende a La Tribuna de Albacete telefónicamente desde la cocina de su casa, un hogar en Madrid, ciudad en la que lleva viviendo 23 años y que tiene tres habitaciones. La obra que creó trata la historia de dos amigas, dos seres grises convertidos de pronto en heroínas trágicas del siglo XXI, donde «partiendo de una anécdota de una gente que conocíamos aquí en Cádiz bastante truculenta. Hablamos de hacer una dramaturgia sobre unas amigas y de pronto esto podría ser en Medea y Fedra. En el siglo XXI cómo son heroínas de tragedia y hacemos una tragedia griega por derecho con su coro, con su mensajero, con sus relaciones del hombre con la divinidad, el reto a los dioses».  

La directora, autora y actriz Ana López Segovia comenta a La Tribuna de Albacete que «la historia trata la trama de dos amigas que se llaman hermanas, a una le iba muy bien en la vida y a la otra le iba fatal, todo le salía mal. Entonces empiezan a suceder una serie de cosas que cuando a la otra le va bien la vida terminaron peleadas, terminaron tirándose los trastos a la cabeza. Luego hay muchas pequeñas anécdotas durante la función».  

Sobre el marco en el que está enmarcada la historia, Ana López subraya que «es Cádiz, un lugar donde el viento de Levante vuelve loca a la gente, empieza a hacer cosas raras, se les va la cabeza, pero hay mucho surrealismo como en Castilla-La Mancha también suceden muchas cosas. Dos chicas que están todo el día haciendo nóminas y haciendo cosas, de repente se convierten en Fedra y Medea».

El Premio Max le ha dado una gran visibilización, porque nosotras somos mujeres, hacemos comedia y teníamos todas las papeletas para que no nos dieran ningún premio. Sin embargo, fue el Mejor Espectáculo Revelación y ahora llevamos casi 200 funciones y diferentes premios recibidos por parte del público». 

 

UNA MIRADA SINGULAR. La directora explica que lo más importante para que la gente disfrute es que en las niñas de Cádiz, «la gente va a ir, va a pasar un rato fenomenal, se ríe y se va a llevar a casa una buena sensación de haber visto algo porque se cuenta algo más que la simple carcajada».

La obra Las niñas de Cádiz se puso sobre las tablas a raíz de unas chirigotas, porque conectaba mucho con el público y porque no era algo elitista. Las chirigotas arrastran a todo el mundo y lo que hacemos en Carnaval es algo tan interesante que nos ha movido siempre. Nosotros llenamos siempre los teatros donde vamos.

El viento es salvaje es una reflexión lúdica y jonda sobre la suerte y la culpa: «Así es porque son dos amigas, hermanas y una se pregunta por qué tiene mala suerte. Y eso pasa porque hay gente que nace ya estrellada, no depende de la suerte. La que tiene muy buena suerte tiene un sentimiento de culpa porque a ella le va muy bien y a su amiga fatal, entonces hay un punto en el que se cambian las tornas y es cuando sobreviene la tragedia, porque esta chica a la que va todo tan bien reza directamente a Dios para que le dé un poco de suerte a su amiga y entonces es cuando los dioses le dan suerte a la amiga llega la tragedia, y hasta ahí puedo leer».

Respecto al poder del teatro, que no tiene el cine y la televisión, explica que «dentro de la pandemia hemos visto de todo a través de una pantalla, ahora con este tema de la inteligencia artificial no se sabe bien qué foto está manipulada, sin embargo, el teatro tiene esa cosa artesanal de una persona que se sube en el escenario y que la gente ve a personas en carne y hueso. Entonces no hay nada que lo pueda sustituir. Es algo como el chamán de la tribu que reúne a la gente en torno a la hoguera y les cuenta una historia. Eso es fascinante», concluye Ana López Segovia.