En el campo hay más pobreza, pero en la ciudad es más severa

L.G.E.
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En el medio rural el 36,4% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión, con un 7,2 en pobreza severa. En el medio urbano son un 29% y un 9,5% respectivamente

En el campo hay más pobreza, pero en la ciudad es más severa - Foto: Javier Pozo

Las comparaciones entre la vida rural y la urbana no son nuevas. Hay una fábula de Esopo, que es de la Antigua Grecia, sobre un ratón de campo, que vivía modestamente, pero tranquilo y el ratón de ciudad, que tenía más lujos a su alcance, pero también más preocupaciones y peligros. Tantos siglos después, algo de esa moraleja parece que pervive en nuestros días tal y como indican los últimos datos del 'Informe sobre el Estado de la Pobreza' que elabora la Red de Lucha contra la Pobreza de España. Se podría resumir en que en el campo hay más pobreza, pero en la ciudad es más severa. Así ocurre en Castilla-La Mancha. 

El primer indicador que hay que mirar es el de la tasa AROPE, el del número de personas que están en riesgo de pobreza y exclusión. Se trata de una tasa que cruza datos de ingresos, de empleo y de capacidad de gasto y consumo. Ese indicador muestra que el 36,4 por ciento de la población de la región en el medio rural está en riesgo de exclusión o pobreza, que es más de una tercera parte. En el ámbito de la ciudad, es menor, del 29 por ciento. Además, en comparación con los datos del año anterior, 2021, la tasa AROPE ha crecido más de tres puntos en el medio rural, mientras que ha bajado también unos tres puntos en la ciudad.

Hay que remontarse a 2015 para encontrar un año en el que la tasa AROPE estaba por encima en el medio urbano en comparación con el medio rural. Además, en comparación con esa fecha, el porcentaje de personas en riesgo de exclusión y pobreza en Castilla-La Mancha ha crecido en el ámbito rural, mientras que ha descendido en el urbano. 

Parecida es la tendencia cuando solo se mira el indicador de ingresos, el riesgo de pobreza. Aquí entran las personas en hogares con menos de 721 euros por unidad de consumo, que no es lo mismo que per cápita (una pareja son 1,5 unidades de consumo o dos padres con dos menores son 2,1). En esa situación está el 30,7 por ciento de la población en el mundo rural y baja al 23,7 por ciento en el urbano.

Ahora bien, cuando se mira la pobreza severa, es decir cuando se baja a 480 euros por unidad de consumo, las tornas cambian. El porcentaje es más alto en las ciudades, con un 9,5 por ciento. En cambio, en los pueblos ese indicador de pobreza severa está en el 7,2 por ciento. Comparando con la evolución desde antes de la crisis de 2008, en el campo la pobreza severa ha bajado dos puntos, mientras que en la ciudad ha subido seis puntos.

Otro indicador clave tiene que ver con la capacidad de gasto y consumo, pues analiza la posibilidad de un hogar de hacer frente a un imprevisto, de poder tener la casa caliente en invierno o de comprar carne y pescado. Se llama privación material severa y en este caso el campo y la ciudad están casi empatados. El medio rural 'gana', pues está ligeramente por debajo, con un 9 por ciento de la población en esta situación. En el medio urbano están en el 9,4. En ambos casos han crecido respecto al año anterior.