"Para mejorar el cuerpo no hace falta gastar mucho dinero"

A. Díaz
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El salón de actos Unicaja, de calle San José de Calasanz s/n de la capital acoge el martes, a las 19 horas, la presentación de 'Tu cerebro tiene hambre', de la doctora Marián García

Marián García (Boticaria García) presenta su libro esta semana en la capital - Foto: PLANETA

El salón de actos Unicaja, de calle San José de Calasanz s/n de la capital acoge el martes, a las 19 horas, la presentación de Tu cerebro tiene hambre, de la doctora Marián García (Boticaria García). La divulgadora, doctora en Farmacia, graduada en Nutrición Humana y Dietética, y en Óptica y Optometría,  comentó a La Tribuna de Albacete distintos aspectos de interés sobre la obra, ya con cuatro ediciones en la calle,  en la que propone, entre otros, cinco grandes cambios que pueden ayudar al lector a perder grasa y ganar salud.

¿Por qué esta obra divulgativa?

Realmente porque en los últimos 50 años, la obesidad se ha multiplicado por tres. No es un capricho, realmente la ciencia, los datos, lo que nos dicen es que hay un problema social. El mundo ha cambiado y tenemos cada vez trabajos más sedentarios y muchas facilidades a la hora de conseguir los alimentos. Estamos en La Mancha y antes la gente incluso,  sembraba y recolectaba; hoy los trabajos están mecanizados, son más sedentarios y la manera en que nos llegan los productos a casa también ha cambiado. Antes teníamos que ir  a la frutería, pescadería, etc.; luego empezamos a comprar en los supermercados, donde había de todo. Hoy el supermercado nos los envía a casa, por tanto, nos movemos menos y gastamos menos calorías, el sedentarismo está ahí.  

El sobrepeso, ¿es ya un problema importante en nuestro país?

Sí es un problema y los datos nos dicen que en torno a un 60 por ciento de las personas en España tienen sobrepeso u obesidad, con lo cual, no llegan a ser los datos tan alarmantes como, por ejemplo, en Estados Unidos pero, sin embargo, vamos camino de parecernos mucho a ellos, parece que vamos a copiarles, pero no en lo bueno.  

Habla en su libro de hambre emocional. ¿Puede explicarnos en qué consiste?

Para entender qué es el hambre emocional, tenemos que saber que el hambre real se genera cuando  de manera fisiológica se libera una hormona del estómago que se llama grelina y va al cerebro y te dice, come. Luego, cuando llevamos un rato comiendo, otra hormona que se libera desde los lipocitos, las células grasas, te dice que ya has comido bastante. Ese es el mundo ideal, que tus hormonas, en tu cuerpo, te dicen cómo van los depósitos de energía. La cuestión es que el hambre emocional ocurre cuando tenemos estrés, ansiedad, cuando el trabajo nos agobia o estamos en un atasco o no llegamos a todo lo que genera nuestra vida, con las pantallas, el mundo digital. Se libera una hormona que se llama cortisol  y el cortisol corre por las venas y hace que se libere más hormona de la que genera hambre y menos hormona de la que genera saciedad. Por tanto, tenemos más hambre, eso es lo que hace el hambre emocional, liberar cortisol y hacer que tengamos más hambre y menos saciedad y luego, tenemos el hambre ambiental, que se suma a este tipo de hambre, que es el hambre del culo veo, culo quiero, que significa que si yo veo que tú te estás comiendo unos churros, a mí me apetecen esos churros. Ahora mismo, simplemente por decir churros, como el perro de Pavlov, salivamos, porque se genera dopamina, otro protagonista, otro neurotransmisor, que le dice a tu cerebro dame más, dame más. Por tanto,  a ese hambre emocional y ese hambre ambiental, la ciencia les llama hambre hedónica, el hambre del placer, porque buscamos un refugio para nuestras emociones en los alimentos. 

El libro  propone herramientas. 

Eso es, lo que propongo con el libro, son una serie de estrategias, de herramientas, para identificar cuándo tenemos hambre emocional o ambiental y buscar la dopamina y el placer en otras fuentes, como la conversación, el ejercicio físico, el paseo, la música, el aprendizaje, tocar un instrumento, la relajación, la meditación, hay muchas estrategias que podemos poner en marcha hoy mismo para poner freno al hambre emocional.  

Estrategias muy importantes. 

Sí, tenemos más estrategias. Hay una estrategia clave, que es aumentar la masa muscular. El músculo es un regulador de nuestro cuerpo y lo asociamos a Schwarzenegger, a las películas que hemos visto, cuando realmente, el músculo, la masa muscular es algo que deberíamos aumentar casi todos. El músculo genera unos compuestos que la ciencia llama mioquinas  y yo los llamo popularmente, superquinas, porque creo que tienen superpoderes. Pensamos que el músculo es para estar más guapos, vernos mejor en el espejo y, además de eso, el músculo lo que hace es  que genera unos compuestos que son capaces de tener propiedades antiinflamatorias. Las superquinas viajan al cerebro y generan más neuronas, más memoria, van a la microbiota, que está tan de moda y estimulan a  las bacterias buenas. Las superquinas, las células del movimiento,  que hacemos con ejercicios de fuerza, son capaces también de estimular las  bacterias y esas bacterias generan unos compuestos que producen saciedad. Tenemos que empezar a hablar del eje intestino, cerebro, músculo. 

Parece que no hay dietas que sean milagrosas.

Yo planteo el semáforo de las dietas. Me he mojado un poco, aunque a alguno no le guste mucho. Planteo un semáforo en el que en el rojo, están las dietas milagro, monotemáticas, la de la piña, la de la alcachofa, también estarían las de las barritas, las de los batidos y tendríamos ahí las que son muy restrictivas, como la de las 500 calorías, por el efecto rebote. Luego, en el ámbar, las que están de moda, el ayuno intermitente, la dieta keto; puedes cruzar, sí pero con cuidado, así es como hay que hacer estas dietas, porque no son para todos los públicos, porque hace falta supervisión. En el semáforo verde, además de nuestra dieta mediterránea, que la conocemos,  o del plato de Harvard, propongo un modelo sueco, que se llama Find your way, Sigue tu camino, al que le doy un toque mediterráneo, que te dice qué alimentos debes comer, los que tienes que comer menos y los que debes evitar. Dentro de los que deberíamos comer más, fermentados, más frutas y verduras. En La Mancha tenemos que tirar de nuestros clásicos y yo, que soy de Belmonte,   puedo hablar del mojete. Hay muchos alimentos que tenemos un poco relegados, como las legumbres y hay que comer más, que son muy manchegas, más lentejas, garbanzos y no sólo pensar en la lenteja o en el garbanzo en el cocido que hacía la abuela. Podemos comer ensaladas frías, lo que es una estrategia estupenda. ¿Qué podemos cambiar?, el pan blanco por el integral, esas patatas de guarnición, fritas, cocidas, asadas, por pimientos al horno o champiñones.  

¿Se puede adaptar una dieta a todos los cuerpos o debemos acudir al nutricionista para ver qué nos puede ir bien?

Los planteamientos de intervención para perder grasa, realmente deberían ser individualizados y con ayuda de un nutricionista. Dicho esto, necesitaríamos un entrenador personal para hacer ejercicio, un psicólogo para atajar los problemas derivados del hambre emocional y, a veces, no tenemos recursos para tantos profesionales. Lo que planteo con este libro es que una persona sana,  que quiera aprender a cuidarse mejor, sí tiene unas pautas generales o unos ejercicios que planteo, el tris tras, los ejercicios de fuerza para entrenar el tren inferior y el tren superior, que pueden ser generales. Si una persona con obesidad lleva mucho tiempo estancada, sin perder grasa, y busca una solución, sí es muy aconsejable que sea un profesional sanitario el que le guíe para ver de manera individualizada cuáles son los objetivos y hacer lo que yo llamo en el libro el peso 10. El peso 10 no es el peso ideal, el peso 10, lo que dice la ciencia es que si cada año perdemos entre un cinco y un 10 por ciento de nuestra grasa, si conseguimos eso, se ha visto que hay muchos beneficios. Tenemos que tener objetivos más alcanzables y concretos.  

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