Editorial

Es necesario poner freno al continuo descenso de la natalidad

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Los datos demográficos del primer trimestre no son positivos para la provincia de Albacete, que mantiene la tendencia a la baja en su crecimiento natural, con un descenso en la natalidad que supera el 10% respecto al mismo período del año anterior y un aumento en las defunciones. La provincia de Albacete sumó al cierre del mes de marzo 615 alumbramientos, frente a los 692 del mismo período del año anterior, lo que representa una bajada de la natalidad en los tres primeros meses del año del 11,1%, mientras que hasta la semana 13 -que finalizó el 2 de abril- se contabilizaron 1.191 defunciones, que suponen un aumento del 5,45% respecto al año 2022.

No sólo debe ser preocupante que los fallecimientos casi doblan a los alumbramientos en Albacete, sino que el descenso de la natalidad es más pronunciado en la provincia que el que se experimenta en el primer trimestre en la región o en el conjunto del país, ya que en Castilla-La Mancha la bajada es del 4,6%, mientras que en España es más moderada y se queda en el 1,7%.

Los datos a la baja en la natalidad en la provincia en este primer trimestre de 2023 siguen la tendencia de los últimos años, ya que el número de nacimientos registrados en la provincia de Albacete se situó en 2.706 en 2022, 84 menos que en 2021, cuando se registraron 2.790, según los datos ofrecidos por el Instituto Nacional de Estadística, mientras que en 2018 se contabilizaron 3.040 alumbramientos en la provincia de Albacete; 2.872 en 2019, y 2.773 en 2020, con lo que la cifra de bebés ha ido descendiendo consecutivamente en el último lustro.

A este preocupante descenso hay que añadir que las mujeres cada vez más son madres con una edad más avanzada, ya que en este trimestre el grupo de 35 a 39 años fue el que protagonizó más alumbramientos, con 195 del total de 615, que supone casi uno de cada tres. Le siguió el grupo de 30 a 34 años, con 177 bebés traídos al mundo y es llamativo que el grupo de 40 a 44 años ocupa el cuarto lugar, con 55 nacimientos.

Tanto el elevado descenso de la natalidad como que el grupo mayoritario de mujeres que son madres tienen una edad más próxima a los 40 años evidencia que son necesarias medidas de distinto tipo para cambiar la tendencia y no se trata sólo de incentivar la natalidad, sino de articular otras que den mayor estabilidad laboral y que también fomenten la conciliación. Todo ello sin olvidar el medio rural, que es el más castigado por la despoblación y el que más actuaciones precisa para que no continúe al alza su edad media y se pueda garantizar el relevo generacional. 

Ahora, en la última semana de campaña electoral, es un buen momento para que los candidatos a las alcaldías y gobiernos regionales pongan sobre la mesa sus propuestas demográficas.