Julio Carbayo Herencia: «Me apasiona investigar en medicina y el Quijote»

Sánchez Robles
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Si yo te contara...

Es muy observador, un compendio esencial de sencillez humana y profundidad científica aunando de forma felizmente lograda varios mundos: la medicina, el militar aeronáutico y la investigación en lo que usted y yo denominamos colesterol. Exigente y riguroso en el trabajo, es un hombre tranquilo, sosegado, reposado y sereno en su quehacer cotidiano. Busca cada día una superación en beneficio de los demás, su gran motivación. Con su intuición y conocimientos indaga y encuentra. Goza de un alto prestigio en el campo de la ciencia y de sus palabras se extrae la consecuencia de un profundo respeto por la vida humana. Es Julio Antonio Carbayo Herencia (Alcázar de San Juan, 12, de mayo de 1953) además un apasionado del Quijote, de ahí su orientación también humanística, reconocida de forma oficial cuando el Jefe del Estado Mayor del Aire le felicitó tras la conferencia de clausura que pronunció en Barcelona el pasado año en el XXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Arteriosclerosis sobre ‘Aspectos de la dieta en el Quijote’ calificada de brillantísima por los eminentes catedráticos de Medicina, Juan Pedro Botet y Juan Rubies. Calidad científica y humana, en suma, de este médico con devoción preclara hacia la investigación.  El Club Rotary ha tenido la feliz idea de hacerle un reconocimiento en Albacete como mejor servidor público.

 Vivió sus primeros doce años en su localidad natal. Recuerda su primer colegio y a su profesor Manuel Cencerrado. «Hice el bachillerato antiguo como alumno libre examinándonos en Ciudad Real. Por el traslado de mi padre, que es ingeniero técnico agrícola, nos desplazamos a vivir a Toledo y tras superar el examen de preuniversitario en la Complutense me fui con mi familia a Lugo por un nuevo destino de mi padre. Desde niño quise ser médico, por lo que tras hacer el curso de selectivo de ciencias, me matriculé en Medicina en la Universidad de Santiago de Compostela, donde terminé mi carrera en 1978».

Una primera etapa vital, de la que «nunca me repondré de mi incomparable infancia» en cita que hace el doctor Carbayo de Fernando Sabater. También contrastes con algún recuerdo dramático por el fallecimiento de su hermano, Juan Pedro en un atropello mortal.

En 1979 decidió hacer las milicias universitarias, el IMEC en el Ejército del Aire por su pasión por la Aeronáutica. «Pedí destino en la Base de Gando en Canarias, decidí quedarme en el Ejército del Aire, donde he disfrutado mucho en mi destino en el destacamento de Chinchilla, del que recuerdo con especial cariño al coronel Guitart y luego en la Base de Los Llanos desde 1983 en el Cuerpo de Sanidad».

Su primer trabajo como médico fue en la Cruz Roja, «del que guardo una admiración y un recuerdo excepcional de Mari Carmen de Huéscar».

 Es el momento de potenciar otra vocación, la de investigador donde ha logrado importantes hallazgos. Cierta es así la idea de Fleming cuando afirmó que para el investigador no existe alegría comparable a la de un descubrimiento, por pequeño que sea.

El doctor Carbayo ha tenido muchas desde que se doctoró en la Facultad de Medicina de Murcia en 1997  en la vertiente de la prevención de las enfermedades cardiovasculares con su tesis de análisis entre el ejercicio físico y el colesterol HDL. Se vinculó entonces a la Sociedad Española de Arteriosclerosis participó en múltiples congresos y pertenece a equipos científicos con importantes premios, «alguno muy queridos como el logrado con el grupo GEVA, al que pertenezco».

Es colaborador científico de las Universidades Miguel Hernández y UCAM de Murcia y participa en el programa Ricarto.  Ahora es el responsable de la Unidad de Lípidos, reconocida a nivel nacional, ubicada en la clínica Recoletas. Realizó un máster de cinco años en Barcelona sobre diseño y estadística en ciencias de la salud y ha dirigido varias tesis doctorales, lo que corrobora la importancia de este investigador constante, que dedica horas y horas a esta actividad con el tremendo reto de que lo que surja de cada investigación se ajuste lo máximo posible a la verdad. Julio Antonio Carbayo Herencia es más sentimental de lo que parece, subraya la importancia en su vida de sus padres y hermanos, y su esposa Mari Carmen y aplica como pocos aquella idea de Karl Raimud Popper expresada así: «la ciencia será siempre una búsqueda, jamás un descubrimiento real. Es un viaje, nunca una llegada».

 Y en ese viaje, Julio Antonio. Carbayo es uno de los mejores. Un lujo  como persona,  médico e investigador y un privilegio contar con él en un lugar de la Mancha.