La decisión en Bildu de los siete ex etarras con delitos de sangre de renunciar a formar parte de las corporaciones municipales de sus pueblos en caso de ser elegidos es sin duda una decisión estratégica inteligente.

Más allá de las palabras que utilizan en el comunicado para anunciar su renuncia, la decisión supone un alivio para el PSOE y sobre todo para el Presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, que ha hecho de Bildu un socio clave durante la legislatura. Pero más allá de esta gran jugada estratégica de Arnaldo Otegi y compañía, en el debate público queda una afirmación hecha por el propio Pedro Sánchez: Hay cosas que son legales pero no son decentes. Lo más interesante sobre esta afirmación del Presidente de Gobierno es si realmente lo piensa o se la han escrito alguno de sus asesores de imagen.

Ya, ya sé que Bildu es un partido que concurrió legalmente a las elecciones y obtuvo representación parlamentaria. De manera que sus escaños los obtuvo legalmente de acuerdo a la ley electoral.

Ahora bien y siguiendo el hilo de la frase de Pedro Sánchez, la segunda parte de la ecuación pasa por preguntar si es decente pactar con este partido para poder mantenerse en el poder.

Y es que Pedro Sánchez viene gobernando con partidos que cuestionan nuestro sistema democrático y que han hecho todo lo posible por destruirlo, Bildu con unos métodos, y los independentistas catalanes por otros. Por tanto ¿es decente pactar con quienes quieren acabar con nuestro actual sistema? ¿Vale todo con tal de tener en la mano las riendas del poder? ¿Cuánto tiempo se puede tener la nariz tapada? ¿Gobernará el País Vasco una coalición formada por el PSOE y Bildu? ¿Y cuando se celebren las próximas elecciones generales, en caso de volver a tener oportunidad de seguir gobernando con los votos de Bildu, Sánchez los aceptará?

Por lo pronto Bildu ha adoptado una decisión bien calculada, primero nos recuerda que no renuncian a su pasado entre otras cosas porque ese pasado es lo que les ha llevado hasta aquí y por otra hace un gesto de retirar a los ex etarras con delitos de sangre de sus listas en una operación que recuerda al PSOE que puede dañarle cuando quiera y como quiera y que en definitiva depende de ellos. Y al mismo tiempo da un paso más para blanquearse anunciando esa retirada. O sea la cuadratura del círculo.

Será interesante ver como Pedro Sánchez resuelve en el futuro inmediato a la hora de elegir socios como resuelve la ecuación entre lo legal y lo decente.