Francesco Piccolo es un escritor italiano que en España ha tenido cierto éxito con una especie de breviario donde enumera «momentos de inadvertida felicidad», situaciones cotidianas que nos producen placer sin que muchas veces seamos conscientes de ello. Es un librito divertido, que se lee y se vende muy bien, pero que no hace honor al autor. Piccolo ha escrito cosas mucho mejores que no se han traducido todavía al español.
Por encima del resto se sitúa una especie de mapa de la masculinidad titulado 'El animal que llevo dentro'. Piccolo tira de la estrofa de Battiato para desnudar su propia identidad a través de episodios autobiográficos sobre los que va reflexionando en círculos, obsesivamente. Despliega una masculinidad fuerte, altamente tóxica, de italiano meridional, repleta de anécdotas donde aflora la violencia, la brutalidad y los sentimientos más turbios.
Reflexiona sobre cosas como el comic erótico que devoraba clandestinamente junto a sus amigos adolescentes. El héroe, el espejo en el que querían mirarse todos, tenía un falo enorme y tres testículos gigantescos, lo que hacía caer rendidas a todas las mujeres que se cruzaban en su camino.
Además de escribir muy bien, el mayor mérito de Piccolo, y quizá el motivo por el que no ha entusiasmado a ningún editor en España, es que se abstiene de salpicar moralejas. Establece un debate honesto consigo mismo, tratando de entenderse a sí mismo más que de juzgar su comportamiento. En varios capítulos retrata a una persona muy frágil intentando luchar con los demonios de su herencia cultural y hormonal. No exagera su culpa, ni tampoco fuerza el dibujo de las mujeres que pasan por su vida para convertirlas en seres de luz.
Si finalmente se traduce al español auguro que habrá polémica y que tendrá éxito