Afrontar una competición sabiendo que todos te apuntan como el claro candidato al descenso no es nada fácil, pero mucho más difícil es sobreponerse a todas las limitaciones existentes para romper las previsiones y lograr la permanencia de forma holgada, que es lo que ha hecho el CFF Albacete en la Segunda División Femenina.

Metido dentro de la estructura de la Escuela de Fútbol Albacer, el CFFAlbacete afrontó con humildad una temporada que se presumía  muy complicada. El equipo entrenado por Matías Martínez lograba el año pasado el ascenso al Reto Iberdrola, que con el cambio de categorías ha pasado a ser la Segunda Federación Femenina, con el mismo formato, es decir, dos grupos, Norte y Sur, con 16 equipos cada uno. «Éramos el único club que no había militado en Primera o Reto antes y todos nos metían en la quiniela por el descenso», señaló Matías Martínez a este diario.

En una categoría profesional, «tener un equipo formado por jugadoras que trabajan y estudian como actividad principal no es fácil. Los partidos de fuera eran un gran problema, pero sin embargo ha sido donde hemos sacado los mejores resultados». En la pasada jornada  ante el Betis se logró un empate «aunque jugamos teniendo en el banquillo una portera y una jugadora de campo como reservas».

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