La temporada regular en Segunda División tocará a su fin el próximo sábado con la disputa de la cuadragésimo segunda jornada. El Eibar y Albacete han quedado definitivamente encuadrados en las eliminatorias de 'playoff'.
La última plaza de 'playoff' lleva implícitos algunos inconvenientes, puede que ninguno decisivo, pero sí reseñables, ambos fruto del premio que se quiere dar a la clasificación final después de una larga campaña de 42 jornadas.
El Albacete, como sexto clasificado, ya conoce que jugará el partido de ida de la primera eliminatoria en el Carlos Belmonte, en principio el próximo 4 de junio, y la vuelta el día 8 en el campo del enemigo con el que quede emparejado. Si fuera capaz de superar esa ronda inicial, en la definitiva volvería a suceder lo mismo en función de esa clasificación. La ida, que se jugaría nuevamente en el Belmonte, está prevista para el 11 de junio, y la vuelta para el día 18, que será cuando se cierre la temporada con el último equipo que alcance la Primera División.
Aunque este extremo no resulte decisivo (algunos técnicos y jugadores incluso prefieren jugar en casa la ida de las eliminatorias), acaso resulte más relevante la opción extra de la que disfrutan los equipos mejor clasificados y de la que el Albacete no dispondrá, a saber, la victoria en caso de un empate global en la eliminatoria al final de una prórroga, con la supresión de la suerte de los penaltis.
Aunque supone una pequeña ventaja (grande en caso de igualdad) y, por tanto, un esfuerzo extra para los peor clasificados de la liga regular, este criterio tampoco resulta definitivo. Sin ir más lejos, en la campaña anterior el Albacete ascendió a Segunda División al anotar un gol en la prórroga frente al Deportivo de La Coruña en Riazor después de un empate (1-1) en el tiempo reglamentado.
Incluso en Segunda División ya se enlazan tres temporadas consecutivas en las que el sexto clasificado consiguió ascender a la máxima categoría. El Elche, el Rayo Vallecano y el Girona fueron los vencedores de ese playoff en el que otros se las prometían muy felices.
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