Editorial

La Vía Verde de la Sierra de Alcaraz marca la senda de la A-32

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La vía verde bien podría considerarse un anticipo de lo que después debe de llegar con la A-32 y que puede ser la vía de desarrollo para una comarca deprimida

El Camino Natural Vía Verde de la Sierra de Alcaraz es transitado por miles de personas todos los años. En el entorno de la capital, es muy habitual que los ciudadanos cubran los primeros kilómetros de este camino dentro de sus rutinas de ejercicio físico, bien a pie -andando o corriendo-, bien en bicicleta, pero son muchos los aventureros que realizan los 55 kilómetros de trazado que existen hasta llegar a la localidad de Alcaraz.

En estos momentos, la Diputación Provincial, con Yolanda Ballesteros a la cabeza, realiza trabajos de mejora de varios tramos, así como también negocia con otras administraciones públicas, como los ministerios de Agricultura y de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, para el futuro desarrollo de nuevas acciones. Entre esas actuaciones figura el dar continuidad al trazado del Camino Natural Vía Verde de la Sierra de Alcaraz en dos tramos, uno de cinco kilómetros situado en Balazote y otro, entre Reolid y Alcaraz. En estos dos casos, la solución se encuentra en el desarrollo de las obras de la futura autovía A-32, entre Albacete y Linares, ya en la provincia de Jaén. El desarrollo de esta autovía condiciona a la vía verde. En el término de Balazote, Yolanda Ballesteros espera que el asunto esté finalizado antes de 2027, no así en el de Reolid, que se plantea más a medio o largo plazo.

La construcción de la autovía A-32 condiciona la mayor parte de las infraestructuras existentes en la comarca de la Sierra de Alcaraz. Durante siglos fue una zona de tránsito de personas y mercancías de primer orden. Era un corredor natural que conectaba Andalucía con Aragón y el resto de Europa por el interior de la Península Ibérica, sin embargo, la vertebración radial, con el eje situado en Madrid, hizo que cayera en el olvido. Ya en el siglo XXse intentó construir la línea ferroviaria entre Utiel y Baeza, pero fue descartada y hoy, precisamente, uno de los tramos de la vía verde aprovecha ese trazado. Los continuos retrasos desde los años 20 del siglo pasado firmaron la condena de la línea. La A-32 sigue la misma senda, aunque en el trazado jienense ya está en funcionamiento. En la parte albacetense, hay varios tramos en licitación o proyecto, pero los más complicados, ya en la sierra, todavía no están ni planteados. 

La vía verde bien podría considerarse un anticipo de lo que después debe de llegar con la A-32 y que puede ser la vía de desarrollo para una comarca deprimida que, con buenas comunicaciones, puede tener una esperanza de futuro. De lo contrario el envejecimiento y la despoblación harán mella y condenarán a muchos pequeños municipios al ostracismo más absoluto. Por eso, y por el reestablecimiento de una nueva ruta comercial, es fundamental el desarrollo de la A-32, cuanto antes, mejor.