«Lo que pretendo es entrar en las sonoridades del clasicismo»

Antonio Díaz
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La iglesia de Santiago Apóstol acoge hoy, a las 20 horas, un nuevo concierto del cuadragésimo ciclo de Conciertos de Órgano de Liétor, a cargo de Alfonso Sáez

Alfonso Sáez. - Foto: Francisco Nortes

La iglesia de Santiago Apóstol acoge hoy, a las 20 horas, un nuevo concierto del cuadragésimo ciclo de Conciertos de Órgano de Liétor, a cargo de Alfonso Sáez. El organista y director artístico del ciclo, comentó a La Tribuna de Albacete las singularidades de esta cita. 

¿Cómo será el recital en el parroquia de Santiago Apóstol de Liétor?

Mi intención es hacer un concierto basado en la música de la época en la que se construyó el órgano, la segunda mitad del siglo XVIII. He programado una serie de obras que van desde las  preclásicas, con un gusto galante, de la primera mitad del siglo, pasando por grandes autores como Scarlatti o el padre Soler, para acabar con otros menos conocidos ahora, pero que sí lo fueron en la época, como pudo ser Ramón Ferreñac o Antonio Mestres. Lo que pretendo en el concierto es entrar en las sonoridades del clasicismo, ya que el instrumento que tenemos, de 1787, es ideal y está pensado con esa filosofía, de ahí la idea de sacarle el máximo partido.  

¿Un concierto, por lo que apunta, muy equilibrado?

Efectivamente, tiene obras de todo tipo, para aprovechar todas las sonoridades del órgano, desde los violones más suaves y el tapadillo más sutil y delicado, a las obras con trompetería y cornetas. Pasaré por todas las sonoridades con esa intención, que esté equilibrado y que el paseo, tanto cronológico como musical, sea entretenido y pasemos una hora que se haga corta, que la disfrutemos muchísimo y que nos quedemos con ganas de más. 

Músicos conocidos, ¿junto a otros que no lo son tanto, que no se suelen interpretar demasiado?

Sí, en principio la música parece fácil, no tiene la profundidad de Cabezón, de Bach, de los grandes autores en los que todos pensamos cuando hablamos de música de órgano,  porque es una cosa mucho mas galante y delicada, incluso intrascendente, diría yo, pero fue el gusto de la época y creo que muchos de estos compositores son poco tocados, pero es una música que realmente son los grandes éxitos de la época, lo que se escuchaba y he querido, de alguna manera, recuperar esa sonoridad y esos autores.  

¿Un evento de grandes éxitos?

Efectivamente. Como vamos a comprobar, son obras fáciles de escuchar, con melodías conocidas como el Pange Lingua, de Lidón, junto a otras que no lo son tanto, pero que sale uno silbándolas, porque son muy fáciles de asimilar y escuchar, incluso de memorizar. Entonces, ocurre un poco como en la música actual, con clichés que hacen que sean piezas muy reconocibles y asimilables por el espectador, que va a disfrutar, sin duda.  

¿Cómo son técnicamente?

Pues hay de todo. Obras que son fáciles técnicamente, casi cómo bajar los dedos, junto a otras que tienen más complicación, pero el problema de esta música es que no todo lo que hay  que tocar para que perciban esas sonoridades de las que hablaba, está escrito. Hay que documentarse muy bien y utilizar la imaginación para saber cómo eran las registraciones y adornos de la época, así que, por supuesto, hay que investigar, trabajarlo y entrar en ese mundo galante, casi de la apariencia, en vez de la profundidad y eso es lo que intentaremos proponer para este concierto del sábado. 

¿Cabe la improvisación o el adorno en estas piezas?

Efectivamente, la improvisación y el adorno caben, pero es una cuestión de interpretación, de cómo juegan con las distintas frases, con preguntas respuestas y cómo unimos esas frases  y si les damos tiempo o las hacemos casi sin tiempo, porque todo eso no está escrito, están las notas con su medida y punto. Entonces, esas galanterías que te puedes imaginar en los minuetos de la época, hay que llevarlo a la música, casi como y diálogo teatral y, a veces, casi como si fueras bipolar. Hay que dar distintas articulaciones, que tampoco están escritas, e intentar conseguir algo coherente, con unas pistas muy pequeñas, que son las que nos han dado, que son las notas que quieren que interpretemos. De interpretar lo que está escrito a hacer algo elaborado, la diferencia es grande. 

Hay un gran trabajo de estudio para el organista. 

Efectivamente, no se trata sólo descifrar la partitura y, como hablábamos antes de la técnica, de bajar los dedos en su momento, sino de hacer una interpretación de lo que hay dentro de esa música y proponerlo al público. Como un actor, hay muchos matices en las interpretaciones de unos actores a otros, y esto también, cómo entendemos cada uno lo que nos propone el compositor. La idea es disfrutar del concierto, hasta que acabemos, porque mi intención, como he confeccionado el programa, es ir hilvanando una obra con otra y descubriendo sonoridades y que se haga corto el concierto para ir contentos a cenar, que también es un buen momento del día.  

¿Qué planes de concierto tiene más inmediatos?

Lo más inminente son dos conciertos más con Cultural Albacete, uno en El Bonillo y el otro en Elche de la Sierra, que van a ser el 8 y el 10 de junio, con motivo de la festividad del Corpus. Haré para esta serie programas parecidos, pero no iguales, porque en El Bonillo voy a incluir obras de la época de Juan de Borgoña y algunas obras sobre la temática del Corpus. En Elche de la Sierra, incluiré también algún Ofertorio de Hilarión Eslava.