Rescate de altura en el canal

MARCELO ORTEGA
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Bomberos y sanitarios del Grupo Montaña Activa usaron el puente sobre las vías para formar a biólogos de Mauritania en nuevas técnicas de escalada y auxilios de emergencia, que aplicarán en los acantilados africanos

Los profesionales que se forman en Albacete, mientras realizan un rescate con la camilla. - Foto: Rubén Serrallé

Biólogos españoles y mauritanos trabajan en un proyecto de estudio de la foca monje en acantilados del país africano, y durante esta semana, parte de estos profesionales están en Albacete para aprender nuevas técnicas de escalada y rescate y primeros auxilios para aplicar en posibles situaciones de emergencia. La formación la está impartiendo el Grupo Montaña Activa de Albacete, en el que 25 personas -entre bomberos y sanitarios- están listas para actuar en rescates de este tipo. De hecho, en diciembre, dos de ellos tuvieron que viajar de urgencia a Mauritania para el rescate de uno de los biólogos que había quedado herido en el interior de una cueva. Saber actuar ante estos casos es el objetivo del curso que ahora realizan en Albacete, y que les llevó a «colgarse» ayer del puente peatonal que cruza las vías del tren y el canal de María Cristina en la calle Letur. En dicho lugar, y también en el rocódromo de los bomberos, los biólogos y el personal de Montaña Activa practicaron rescates y hoy tienen previsto desplazarse a Ayna, para simular esas mismas técnicas en un entorno natural más parecido al que tendrán luego en Mauritania.

<b>ZONA PELIGROSA.</b> Hamadi M`barek es el coordinador del proyecto de conservación de foca monje, y explicaba que «queremos aprender nuevas técnicas y luego aplicarlas en Mauritania, porque vimos que debíamos aprender técnicas que nos dejen hacer nuestro trabajo más seguro, porque son acantilados muy altos. Allí no hay escuela de monte ni de escalada, y percibimos que teníamos una técnica muy antigua para esta zona peligrosa; estamos aquí para aprender y mejorar».

En el proyecto, con la fundación española CDB-Habitat, hay tres biólogos mauritanos y tres españoles, más otras seis personas que trabajan en la conservación de esta especie amenazada. José Martín Sotos, del grupo Montaña Activa, fue una de las personas que en diciembre acudió al rescate de uno de los biólogos españoles, y comentaba que la zona donde trabajan es «de lo más extremo que yo he visto, con acantilados, paredes, pequeños entrantes, y el mar; es un ambiente muy hostil, la roca es arenisca, y eso hace muy complicado montar anclajes». Sotos recuerda el rescate de diciembre como una experiencia que lo dejó «exhausto», por las prisas con las que tuvieron que ir, «sin dormir, con mucho estrés, un vuelo, luego un viaje de cuatro horas, y un entorno que no sabíamos como era». Finalmente el rescate duró 45 minutos, «muy rápido», y todo salió bien.

Precisamente para salvar las complicaciones de la piedra arenisca de Mauritania los profesionales de ayer probaron un nuevo «invento», una polea que permitirá salvar las aristas de la roca y evitar posibles desgastes de cuerda.

<b>VIAJE POSTERIOR.</b> Enrique Jávega, portavoz del grupo Montaña Activa, explicaba que la intención es que el curso se pueda seguir luego en Mauritania, y de nuevo los bomberos y sanitarios se desplacen allí para continuar la formación sobre el terreno, un terreno, insistía, que es bastante complicado: «Se mueven en zonas de altura, con el problema añadido  de un mar fuerte, que es peligroso para estar trabajando en la pared, con el oleaje; eso nos pasó en el rescate de diciembre, había que operar con la pared y con las olas del mar». Jávega señaló que estos días que están en Albacete se dedican «a técnica pura», después dos días dedicados a aprender primeros auxilios para esas situaciones de emergencia, y finalmente «esa semana en la que bomberos y sanitarios irán a Mauritania a hacer las técnicas allí».