El público no se aburrió en el festival del Cotolengo

Pedro Belmonte
-

En el festejo se cortaron siete orejas, que pudieron ser más, por pinchazos previos a las estocadas, donde los toreros pusieron todo de su parte, y fueron triunfadores los novilleros

Paseíllo del festival del Cotolengo. - Foto: Rubén Serrallé

Algo más de un tercio del aforo se cubrió en nuestra plaza de toros en la XXXIII edición del festival taurino a beneficio del Sagrado Corazón, conocido popularmente como Cotolengo, resultando entretenido, de menos a más, por el juego de las reses, ya que los mejores fueron el penúltimo de Daniel Ruiz y el sexto de Guadalmena, a los que los novilleros Antonio Palacios y Alejandro González desorejaron.

Antes de romper el paseíllo, se guardó un minuto de silencio en memoria del ganadero Daniel Ruiz, recibiendo una gran ovación al finalizar ese minuto de duelo.

Abrió plaza un ejemplar de Domingo Hernández, que fue recibido con verónicas suaves y con gusto Andrés Palacios. Tras un buen tercio de banderillas a cargo de Javier Perea y Ricardo Izquierdo, brindó a Daniel Ruiz hijo y la faena tuvo clase en los muletazos, mucha más que el de Domingo Hernández, cuya embestida fue irregular, por lo que la calidad corrió a cargo de Andrés Palacios que todo lo hizo con gusto y temple, y en la ultima tanda fue el torero el que atacó al animal. Una oreja paseó Andrés tras un pinchazo y estocada tendida.

- Foto: Rubén SerralléSin entrega. El novillo de Miguel Tendero, del hierro de BellaLucía, fue un animal que no se entregó en ningún momento, y que todo lo tuvo que hacer Tendero, llevándolo muy suave, despacio y templado por los dos pitones cuajando una faena con mucha solvencia técnica, demostrando el sitio del torero. Dos pinchazos antes de la estocada dejaron todo en una ovación.

Brindó Sergio Serrano a la hermana Constancia del Sagrado Corazón, cargado de emotividad y corazón. El toro de Samuel Flores despertó en la muleta, ya que en los primeros tercios pareció que no iba con él, llegando a la franela repitiendo la embestida, encontrando delante a un torero muy firme, ligándole las series muy templadas, que llegaron con fuerza al tendido. Un pinchazo antes de media estocada muy efectiva fue el preludio de la oreja que paseó por el ruedo.

Diego Carretero tuvo delante un ejemplar de La Palmosilla, un animal muy bruto en la embestida, que hacía con todo el cuerpo y al que resultó muy difícil llevarlo templado, lo que consiguió en alguna tanda, bien recibida por los aficionados. Nunca se desplazó metido en el engaño, lo que le hizo desarrollar peligro en los finales del trasteo. Una gran estocada terminó con la vida del animal, cortando una oreja.

Antonio Palacios tuvo delante un buen novillo de Daniel Ruiz, bien lidiado por Basilio Mansilla y banderilleado por Jorge Pardo y Andrés Manuel Alcantud. El animal exigía mano baja que cuando se la ofrecía el torero respondía con largura y clase. Faena con compostura que finalizó de pinchazo y estocada, paseando las dos orejas.

Se llama González y es de Albacete, de nombre Alejandro, quien tuvo a un buen eral de Guadalmena, bien lidiado por Javier Perea y banderilleado por Javier Esperanza, un animal repetidor y encastado, al que el joven novillero toreó por ambos pitones con tandas templadas de hasta siete muletazos antes del de pecho, adornándose al final con circulares por la espalda. Pinchazo y estocada y dos orejas al esportón.