Pinta canas que no le hacen mayor, más bien interesante. Está más pausado, más sereno, más sabio. Acaso por experiencia, a lo mejor por responsabilidad, las sombras de Carletti Porta han mutado a luces. Fulgores que ya han resplandecido hasta en 56.000 ocasiones en plataformas como Spotify, donde el cantautor albacetense cabalga para darse a conocer y llenar salas. «La misión del cantante es que su canción llegue al corazón del escuchante».

Acaba de bautizar a su tercer hijo y ahora lo quiere presentar en sociedad. Especies de sombra le acompañará de viaje por Alicante, Zaragoza, Sigüenza, Madrid, Valencia, Barcelona, Cuenca, Murcia… Diez canciones de crecimiento lento, como las hayas, el árbol que remueve la inspiración del artista, especie de sombra que al final se convierte en especie de luz que conquista el bosque.

Una metáfora que Carletti Porta ha aplicado a este, su tercer trabajo discográfico, con el que ha compartido ciertas vicisitudes en su producción. «Se ha resistido, ha hecho honor a su título, ha crecido lentamente, como lo hacen las especies que luego duran muchos años».

El tiempo y la pausa también tienen su recompensa. En este recorrido sosegado, el compositor  ha podido encontrar la personalidad de cada canción, «una de las cosas más importantes para un escritor», dice. Un carácter propio, sí, pero con genética Porta en la que no falta la poesía llevaba al folk-rock, con letras que dicen todo lo que quieren decir y que son la tarjeta de presentación de un autor convencido de que estas sombras le han llevado hasta su voz: «Me he acercado más al camino que quiero seguir».

Las canciones de Carletti Porta son su alter ego. En ellas enfoca su  riqueza y sus miserias, sus luces y sus sombras, sus aciertos, sus errores, las buenas compañías y también sus soledades. En definitiva, su propia consciencia. «Mis canciones caminan por el mismo filo en el que mantengo mi propio equilibrio».

De nuevo el amor, del que Porta nunca se despega, la esperanza, las mujeres, las relaciones, la rutina, la inmigración, la empatía... Llegará el día que te vuelva a besar, llegará... canta Carletti en Virgen de los Desiertos, un tema que parece extranjero en el país de este elepé porque habla de toda esa gente que se ve obligada a abandonar sus casas y sus amores para buscar otro lugar.

Si algo tiene de bueno Carletti Porta, entre otras cosas, es su incontinencia verbal. Siempre tiene algo que decir y así lo plasma en sus temas, con rabia o alegría, con pesar, con felicidad... «Lo interesante para componer es tener algo que decir y ser consciente de que no decirlo te puede producir una herida, un dolor». Y a modo de Julio César con su Veni, vidi, vici o Hamlet con su Ser o no ser, Porta también tiene su máxima: «Cantar para sanar». 

Especies de sombra nació el pasado 1 de febrero y ya ha sido testado en Madrid y Valencia. Cuenta con firmas productoras muy aplaudidas en el panorama musical español: Vicent Huma -productor de Marlango y Jorge Drexler, guitarrista de Miguel José- en Los Días de Mayo; Alejandro Pelayo en Cómo no voy a morir por ti, en la que Carletti Porta estrena dueto con Leonor Watling; y Ricardo Lezón en Especies de sombra. En el resto han puesto su sabiduría Perdido Estudios, con Pepe Cifuentes y Javi Milla.

Especies de sombra ha tardado en salir cual embarazo de una elefanta. Tras la expulsión, su creador pasó por la fase del maternity blues, una especie de depresión post-parto que le dejó agotado y sin tener muy claro el futuro de esta criatura. El ánimo mejoró al comprobar que el nuevo elepé está funcionando muy bien en Spotify, donde se estrenan 25.000 canciones cada día. «En dos semanas, el disco ha subido como la espuma, tiene muchísimas escuchas, a pesar de la fuerte competencia», dice Carletti Porta, que ha empezado a sentir como su nueva creación empieza a caminar: «He soltado carga, empiezo a sentirme más libre, mi misión era terminar el disco, empaquetarlo y soltarlo».

Ahora toca crecer juntos. El directo, donde Carletti Porta se juega  todo lo que es, su nombre, su carrera, su música, sus letras. Él pone todas sus esperanzas convencido de que es su punto fuerte: «La manera de mantenerme cuerdo y sano es llevar las canciones al directo». Ypara ello necesita seguir en Spotify para  difundir sus canciones, las favoritas y las menos preferidas. «El cantante solo se gana el pan en las salas de conciertos y Spotify es una oportunidad, un escaparate, para que vayan a verte». Y vuelve con otro decreto: «Después de grabar, el oficio de un músico es llenar salas, algo que no es fácil, hay mucha oferta y menos demanda».

Ahora Porta, ingeniero forestal, busca un trabajo, el que dejó para ponerse a grabar este disco, el que necesitan cientos de músicos que están en el mismo escalón que él: «La música de hoy en día es muy amateur, la gente como yo tenemos que trabajar para poder mantener nuestra pasión», que no una afición: «Mi cara A es la música y la B un trabajo para invertir en ella».

Puro amor hacia la música. Todo lo que venga a su alrededor no dejará de ser un regalo. La criatura crecerá, madurará y viajará hacia la eternidad.