El euríbor ahoga a las familias

Carlos Cuesta (SPC)
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Los constantes incrementos en las cuotas de los créditos vivienda a tipo variable traen de cabeza la frágil economía de los españoles, agotada por el encarecimiento de los precios por la inflación

El euríbor ahoga a las familias

El camino alcista que ha emprendido el euríbor en los últimos trimestres, y que cerró el pasado febrero en el 3,534%, la cifra más alta desde noviembre de 2008, mantiene en vilo a las familias españolas que están pagando la hipoteca de su vivienda a tipo variable y que ven que cada vez que toca revisar sus cuotas les supone un esfuerzo extra.

La situación de vulnerabilidad económica, junto a una alta inflación que disparó los precios de la mayoría de los productos, ha provocado que las hipotecas se conviertan en el principal quebradero de cabeza para las familias.

El impacto de la mayor parte de los costes y del precio del dinero pone en riesgo a los hogares. Las personas con una hipoteca a tipo variable sabían cuando firmaron su crédito que la mensualidad que iban a pagar podía subir, especialmente aquellos que lo hicieron desde febrero de 2016 que entró en tasas negativas hasta abril de 2022 que inició la remontada. Sin embargo, lo que no pudieron prever es que, además, iban a sufrir una inflación en valores históricos que llegó el pasado julio al 8,5% y que encareció sus facturas corrientes de la luz, el gas, los carburantes, la telefonía, el agua, la cesta de la compra y el resto de préstamos que podían tener activos como el pago aplazado del coche, los electrodomésticos o, incluso, su viaje de vacaciones.

El cambio de política que emprendió el Banco Central Europeo en julio de 2022 encareciendo el precio del dinero y, en consecuencia, la subida del euríbor se ha convertido en un problema para muchas familias en toda España que se están viendo ahogadas al no ver incrementados sus salarios en la misma proporción.

Frente al -0,47% con el que el principal indicador hipotecario del país inició el año pasado, el euríbor cerró 2022 en el 2,85%, lo que se ha traducido en una subida en las hipotecas que asfixia a las familias, sobre todo teniendo en cuenta el contexto de alzas generalizadas.

El aumento del euríbor a lo largo de estos meses disparó el esfuerzo económico de las familias a máximos de una década en el pago de sus créditos vivienda en una espiral alcista que llevó a cerrar febrero en el 3,514%. Así, una persona que tenga contratada una hipoteca variable a 30 años de 150.000 euros y con un diferencial del 0,99% más euríbor sufrirá un aumento de su cuota hipotecaria de alrededor de 300 euros. En términos absolutos, pasará de pagar unos 450 euros a unos 759 por mes, lo que equivale a un desembolso anual adicional de más de 3.600 euros.

Asimismo, con las mismas condiciones, un crédito vivienda de 300.000 euros de capital vivo y 30 años pendientes de pago tendría que asumir un encarecimiento mensual de unos 600 euros más, lo que representa en torno a 7.200 euros al año adicionales.

 Ante esta realidad, miles de personas negociaron sus créditos en un intento de amoldar las cuotas a sus ingresos. Los analistas financieros están convencidos de que con el rally del euríbor, que está en máximos desde 2008,  en este primer semestre las familias que quieran hipotecarse tengan que destinar, al menos, el 38% de sus ingresos a pagar la cuota al banco de la vivienda.

La presidenta del BCE, Christine Lagarde, aseguró que la tendencia alcista que registra la financiación crediticia seguirá creciendo hasta 2025, momento en el que se espera que la inflación de la eurozona se coloque en el 2%.

Aunque la subida hipotecaria depende en cada caso de las condiciones de cada crédito vivienda, se estima que el aumento medio osciló el año pasado entre los 130 y 250 euros, con mayor impacto en las de tipo variable.

Incertidumbre

De cara a este año 2023, los expertos financieros prevén que se complique aún más la situación para las familias ante una perspectiva de nuevas subidas de tipos de interés y con un euríbor que podría colocarse antes de junio por encima del 4%.

Todo apunta a que la situación económica de España está perdiendo fuelle como demuestran las previsiones de los organismos financieros que han recortado el crecimiento del PIB de España del 5,5% de 2022 al 1,4% de este curso, con una inflación creciente al menos durante en el primer semestre.

En este escenario, los españoles se decantan cada vez más por una hipoteca mixta a la hora de comprar una vivienda puesto que sale más a cuenta y les permite pagar dos tipos de interés distintos: uno fijo durante los primeros años de la vida del crédito y otro variable durante el resto del plazo de amortización y teniendo en cuenta que siempre se pueden pasar a un tipo fijo.

Esta modalidad está haciendo que las personas que desean cambiar de variable a fijo o a mixto puedan hacerlo de una forma sencilla. En estos casos, lo más habitual es ir a otra entidad, subrogar su hipoteca, que en la mayoría de los casos supone el mismo coste que el importe de una tasación, es decir, de unos 400 euros como máximo.