Tras la reunión del Consejo de Ministros del pasado martes, en la que se acordó la finalización de la situación de crisis iniciada con la pandemia de coronavirus en marzo de 2020, el Boletín Oficial del Estado(BOE) fue el encargado, como es habitual, de publicar la orden por la que se pone fin a la obligatoridad del uso de las mascarillas en centros de salud, hospitales, farmacias y centros sociosanitarios.
Por lo tanto, el 4 de julio de 2023 pasará a la historia como el día de la declaración de independencia frente a la mascarilla. Fue en febrero de este año cuando se dio el primer paso y España ponía fin al cubrebocas obligatorio en los transportes públicos dada la buena evolución epidemiológica de la incidencia por coronavirus. Se retiró así de trenes, aviones, autobuses y metro, donde era imperativa desde mayo de 2020, y también se puso punto y final a su obligatoridad en ópticas, ortopedias y centros de audioprótesis.
recorrido. En los inicios de la pandemia el uso de la mascarilla no era obligatorio. El SARS-CoV-2 era un virus desconocido y fuimos testigos de semanas en las que no se contaba con evidencia científica y la que había, era escasa o confusa. Se sumó el problema de la escasez. Ante el temor al contagio los españoles se lanzaron a las farmacias en busca de la protección de las mascarillas poniendo en serio peligro el stock nacional en un contexto internacional en el que las mascarillas eran un bien de primera necesidad. Motivo por el que únicamente se estableció su uso para los profesionales sanitarios y aquellos que tuviesen riesgo de contacto con positivos o sospechosos de infección. Para estos últimos también se establecía su uso obligatorio. La decisión del uso obligatorio de la mascarilla, se adoptó el 17 de mayo de 2020. La norma entró en vigor el 21 de mayo. Más allá de la obligatoriedad de su uso o las recomendaciones efectuadas por las autoridades sanitarias, uno de los grandes debates desde el inicio de la pandemia ha sido el precio de las mascarillas. El 21 de abril de 2020, el entonces ministro de Sanidad Salvador Illa, anunciaba la fijación del precio máximo de venta al público de productos sanitarios como las mascarillas.
Estos precios se decidieron en la Comisión Interministerial de Precios de los Medicamentos (CIPM). Desde el 24 de abril de 2020 las mascarillas quirúrgicas desechables contaban con un precio máximo de 0,96 euros la unidad.
A pesar del precio máximo fijado, este continuaba siendo elevado si tenemos en cuenta que cada mascarilla puede utilizarse un máximo de cuatro horas. El 16 de noviembre de 2020 el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicaba el nuevo precio de las mascarillas quirúrgicas desechables fijado en 0,72 euros por unidad, tras la rebaja del IVA del 21 al cuatro por ciento. Una reclamación que durante meses realizaron partidos políticos y colectivos sociales al tratarse de un bien de primera necesidad.
Nadie entendía cómo una herramienta tan útil a la hora de detener la propagación del virus no había sido declarada con anterioridad. Muchas voces lo solicitaron desde el inicio del Estado de Alarma, pero no sucedió hasta varios meses después.
Y todo esto se acabó. Después de 1.207 días. El paso final que restaba para que desapareciese la obligatoriedad de la mascarilla en los últimos espacios ya ha sido recorrido. España pone fin a la crisis sanitaria del coronavirus y cierra un triste y doloroso capítulo de la historia mundial.
¿Dónde serán necesarias a partir de ahora?
En principio, a la espera de que se explique detalladamente, seguirán siendo necesarias en los quirófanos, UCI, zonas y plantas de inmunodeprimidos, y en áreas hospitalarias sensibles a personas que se encuentren en un riesgo para su salud el contagio por covid. Es posible también que se aplique a ciertas zonas en las que se encuentren pacientes oncológicos.
SE RECOMIENDA utilizarla en el caso de las residencias de mayores y personas con discapacidad, el acuerdo reclama desplegar precauciones adicionales en el caso de aparición de síntomas en trabajadores, residentes o visitantes, para evitar brotes y cuidando el bienestar de los mayores, tanto físico como emocional. En definitiva, el BOE recoge una apartado con recomendaciones a la ciudadanía y a las autoridades sanitarias para «mantener esa cultura de la responsabilidad» adquirida en los últimos años para seguir usándolas ante la presencia de síntomas de infección respiratoria y en centros sanitarios de «especial vulnerabilidad».
VACUNACIÓN En la Orden del BOE se hace un llamamiento a seguir trabajando para recomendar las vacunas de la Covid-19 e integrarlas en los programas nacionales de vacunación, así como promocionar la vigilancia en salud pública ante «las eventuales emergencias sanitarias que puedan apoarecer en el futuro».
EFECTOS SECUNDARIOS Son muchas las empresas que se han quedado colgadas con miles de mascarillas a las que ahora ya no puede dar salida y son muchos los ciudadanos que también tiene stock en casa.