«Jorge, ¿me vas dejar contestar?». Esta frase del consejero de Agricultura, Julián Martínez Lizán, marcó el momento más tenso de la Asamblea General de Asaja Albacete, celebrada ayer en el Palacio de Congresos de Albacete.
Lo cierto es que nadie se esperaba que un acto en principio protocolario derivase en un enfrentamiento público entre el veterano presidente provincial de Asaja, Jorge Navarro, y el consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha.
La sesión comenzó con un tono amable. El consejero de Agricultura compareció en el clásico 'corrillo' ante los medios, acompañado del propio Navarro y del presidente regional de la organización agraria, José María Fresneda.
Los hijos de José Alarcón reciben el reconocimiento a su padre. - Foto: R.S.Ya en el estrado, las buenas maneras continuaron con la entrega de premios: al joven agricultor Mario Lajara, de Montealegre del Castillo, y a este mismo diario, La Tribuna, por su histórica defensa del campo a lo largo de 40 años.
Incluso hubo momentos de gran emotividad, como los homenajes a tres destacados miembros de Asaja recientemente fallecidos: Manuel Hildago y Jenaro García, ambos de La Gineta, y Juan Aparicio, natural de Higueruela.
Se le hizo un nudo en la garganta a todos los presentes cuando llegó el momento de recordar a una de las figuras más queridas del mundo del campo en la provincia, la de José Alarcón Molina, también fallecido hace escasos días.
'Pepe' Alarcón, como se le conocía en los medios de comunicación, lo fue todo, de forma literal, para la agricultura y la ganadería de esta provincia. No hubo avance ni iniciativa en la que no estuviese, y siempre dejó su impronta de hombre bueno y cabal.
Veterinario de profesión y servidor público, participó en la creación de grupos de colonización, centros de investigación o agencias comarcales; fue fundador de la Lonja, donde presidía la Mesa del Cereal y, por si no fuese bastante, fue senador y diputado.
'In crescendo' Sus hijos, Jesús, Carlos y Pablo, subieron a recoger el reconocimiento entre aplausos. Y hasta aquí llegaron las buenas maneras, porque, de forma paulatina, la tensión fue in crescendo hasta llegar al inesperado clímax final.
Visto en retrospectiva, la primera intervención fue irónica, ya que José María Fresneda llamó a no caer en el derrotismo y huir de la «polarización» que impide mantener un debate serio y sobre la importancia del campo para la sociedad.
Pero también lanzó un guante al consejero de Agricultura, Julián Martínez, al reclamar la puesta en marcha del Observatorio de Precios, «porque necesitamos tener la capacidad de responder» ante la actual crisis de precios y costes.
El consejero recogió el guante, pues tras defender la gestión de la Junta, dijo que él no creía que el Observatorio fuese el camino a seguir, «sino las denuncias a quienes incumplan la Ley de la Cadena Alimentaria, pero ¿cuàntas se han presentado en la región? Cero».
Y por fin llegó el turno de Jorge Navarro, quien dio un auténtico mitin que arrancó, en varios momentos, los aplausos de los miembros de Asaja reunidos en el Palacio de Congresos y que empezó con la descripción de un presente muy sombrió en el campo regional.
«Estamos peor, mucho peor, que hace un año -afirmó- porque la vedad es que la agricultura sólo es rentable sólo cuando no vives directamente de ella, y los políticos sólo se acuerdan de nosotros cuando se acercan las elecciones».
Acto seguido, enumeró un memorial de agravios: costes al alza, ingresos a la baja, burocacia asfixiante, instituciones que promueven un ecologismo ideologizado que asfixia a los productores con normas y regulaciones ininteligibles para el agricultor de a pie.
Fueron blanco de sus críticas la Agenda 2030, el cuaderno digital, las restricciones ambientales, la Ley de Restauración de la Naturaleza, el Mercosur, la falta de jóvenes y de mano de obra, el ministro de Agricultura, Luis Planas, y la ex ministra Teresa Ribera.
«¡Que tengas muy buen viaje, Teresa!» dijo a la vicepresidenta de la Comisión Europea, «se va sin infraestructuras, sin planes hidrológicos, castigando a los que ahorramos agua y sin dar solución a los pozos de 7.000 metros cúbicos».
Crisis de precios. En cuanto al ministro, lo criticó con dureza por incumplir «las 43 medidas que nosotros no quisimos firmar», por poner en marca la nueva PAC «sin consenso ni acuerdos» y por ser incapaz de poner coto a la crisis de precios que padecen los agricultores y ganaderos.
«No nos hace falta una ley de la Cadena Alimentaria, sino una Ley de Costes», afirmó, «porque los precios ya nos los marcan las lonjas, los marcan los puertos y las multinacionales; ahora mismo, cuanto más produces, más pierdes».
La Junta también fue objeto de sus dardos, por considerar que es parte del entramado burocrático que asfixia al agricultor que se traduce en el retraso o la pérdida de ayudas. De hecho, este fue el motivo por el que el consejero pidió tener la ocasión de replicar.
Pero Navarro no se detuvo. «Antes era contrario a las renovables, ahora a todo el que me pregunta si debe o no debe firmar, le digo que firme, porque creo que si esto no cambia es el único futuro que vamos a ver en el campo».
Llegados a este punto, el ambiente del Palacio de Congresos ya era el de un mitin con el público entregado la arenga del presidente de Asaja Albacete quien, tras la filípica, cerró de forma abrupta su discurso y dio la sesión por cerrada.