Nuevo hito en la ciencia. Un grupo de investigadores chinos ha conseguido crear estructuras similares a embriones de macaco a partir de células madre de mono, las cuales fueron transferidas al útero de varias hembras logrando una respuesta hormonal parecida a la de una gestación, aunque desaparecieron al cabo de una semana.

El estudio, que fue publicado ayer por Cell Stem Cell, aviva las esperanzas de que, como estos animales están estrechamente relacionados con los humanos desde el punto de vista evolutivo, puedan ayudar a profundizar en la comprensión del desarrollo embrionario humano y arroje luz sobre algunas de las causas de los abortos espontáneos tempranos. 

 Según la publicación, los investigadores empezaron con células madre embrionarias de macacos a las que expusieron a una serie de factores de crecimiento en cultivo celular, que las indujeron a formar estructuras similares -blastoides- utilizando, por primera vez, células de primates no humanos. Estas presentaban una morfología similar a los blastocistos naturales y se fueron desarrollando hasta formar patrones de expresión génica similares a las células naturales. Esos blastoides se transfirieron a los úteros de ocho monas, aunque la implantación solo se produjo en tres, casos en los que dieron lugar a la liberación de progesterona y gonadotropina coriónica, hormonas normalmente asociadas al embarazo.

Además, los blastoides formaron sacos de gestación temprana (estructuras llenas de líquido que se desarrollan al principio del embarazo para encerrar un embrión y líquido amniótico), pero no formaron fetos y esas estructuras desaparecieron al cabo de una semana.

El equipo planea centrarse en seguir desarrollando el sistema de cultivo de estos sistemas, lo que proporcionará «un modelo útil para futuros estudios». No obstante, son conscientes de las preocupaciones éticas que rodean a este tipo de investigación y la importancia, para que este campo avance, de que haya debates entre la comunidad científica y el público. De hecho, el desarrollo del embrión humano y la formación temprana de órganos permanecen en gran medida inexplorados debido a las cuestiones morales y la limitada disponibilidad de materiales para su estudio.