Editorial

Algo falla si tantos ciudadanos necesitan ayudas para vivir

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La Tarifa Social ha llegado a 4.500 familias solamente en la capital de la provincia desde que se puso en marcha en el año 2011, más de 400 el año pasado, mientras que del Ingreso Mínimo Vital que concede el Estado se han beneficiado en la provincia más de 17.000 hogares. Está claro que las instituciones están para ayudarnos, pero algo no estamos haciendo bien en esta sociedad cuando tanta gente necesita de estas ayudas para salir adelante y poder hacer frente a las facturas que se acumulan a fin de mes.

Afortunadamente existen los Servicios Sociales, tanto los de cada municipio, como los provinciales, regionales y nacionales. Sin ellos, estas familias lo estarían pasando mucho peor y seguramente algunas estarían prácticamente en la calle.

El trabajo que se desarrolla en las instituciones permite que las ayudas lleguen a estas personas y puedan permitirse el lujo de tener luz, agua caliente o pagar un alquiler. Dice el artículo 47 de la  Constitución que «todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación». Pues igual aquí empezamos a encontrar los errores que está cometiendo la socidad española, en que el acceso a esa vivienda digna es cada vez más difícil gracias a que se permite la especulación durante muchos años.

Aunque han pasado  más de 15 años de aquella primera crisis inombiliaria nos estallara en la cara, la famosa burbuja que dejó a muchas familias muy cerca de los niveles de pobreza y a otras directamente en la ruina, nada hemos aprendido y desde entonces hemos ido de crisis en crisis y para rematarnos nos han llegado una pandemina y una guerra en Europa que nos han hundido un poco más, si cabe.

Vivir de las ayudas debería ser algo excepcional, pero es que desde unos años aquí en España, y por ende en Albacete, se ha convertido en el único sustento cada mes de muchas familias y eso es duro. No estamos haciendo las cosas bien porque, a pesar que los datos del paro mejoran, no lo hacen lo suficiente y España sigue a la cola del desempleo en Europa. Si las familias no tienen ingresos propios porque no tienen trabajo, la solución no puede estar en que las instituciones públicas las salven con ayudas, sino intentando fomentar la creación de empleo. No decimos que hay que erradicar las ayudas, todo lo contrario, pero sí que hay que hacer más hincapié en dar facilidades a las empresas para que puedan generar puestos de trabajo para que cada vez haya menos familias que tengan que depender de las ayudas públicas para poder sobrevivir.