Alejandro Portaz (Albacete, 1981) tiene un mundo que es el cine, tanto los cortometrajes, documentales como los largometrajes, de los que tiene ya siete guiones, pero todavía no ha lanzado ninguno al mercado. Es, sin lugar a dudas, una mente inquieta, porque no solamente hace cine, sino también tiene experiencia creativa, narrativa, experiencia actoral y experiencia audiovisual y también hace publicidad, pero lo más interesante de su carrera es el cine. Tiene una agenda de vértigo, de proyectos, de cosas que hacer.
En su experiencia audiovisual podemos destacar Convergentes, que tiene 10 años, un catálogo Curts de la actualidad valenciana que publica la Filmoteca de Valencia y lo que hace es distribuirlos por festivales nacionales. Luego está Epidemia, que se presentó en Málaga en el 2017 y tuvo trayectoria durante un año. «Es una película de terror y que representa u homenajea a un personaje muy carismático de la historia del país».
También ha hecho un documental que se llama Pax Texas es un guiño a la película París Texas de Wenders. «El documental sigue la reconstrucción, rehabilitación y reapertura de un cine centenario de la marina alta de Alicante, el cine La Paz», explica Alejandro Portaz a La Tribuna de Albacete.
Y luego el documental que se presentó en La Cabina de Valencia que se llama De 30 a 60, que hace un estudio sobre cortometrajes de ese metraje, «en el mismo fuimos a entrevistar a profesionales en Madrid y después a París y fue una gratísima experiencia». Luego vino la pandemia y un par de novelas de ficción. Preguntado si cuesta mucho sacar un largometraje, comentó que «depende de los canales que sigas y depende de los canales que le dediques. Dicen que de media de cada 10 trabajos de largometraje que escribes salen a la luz uno o dos. Yo ahora tengo escritos siete proyectos y no estoy en esa media y es un proceso largo porque cada año tienes que ir avanzando fases, hay una fase de creación, de escritura, de desarrollo de dossier, de presentación a convocatorias, la importancia de obtener ayudas públicas», y agrega que también es vital «encontrar productor que se alíe contigo para llevar el proyecto a cabo y cada una de estas fases puede llevar entre seis y 12 meses, y es bastante posible que lleve entre cinco y seis años de media». Actualmente está en contacto con productoras.
Respecto al cine apunta:«El cine es sobre todo un ejercicio de resistencia cultural. Hacemos películas para reivindicar un oficio y para dar voz a nuestra generación. También, para mí, el cine es una de las voces más inteligentes que permite dialogar el arte con la sociedad contemporánea. Y, aprovecho, en este punto para decir que aunque cada vez haya menos salas de cine, no nos engañemos: nos entusiasma compartir la mirada. Lo echaremos de menos si desaparece».
(Más información en la edición impresa o en la APP https://latribunadealbacete.promecal.es)