Editorial

Los agentes sociales marcan el camino para negociar los convenios

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Patronal y sindicatos han rubricado esta semana el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) con un pacto que contempla un incremento salarial del 10 por ciento hasta el año 2025, con alzas del 4 para el presente ejercicio y un 3 para los dos siguientes. La firma también incluye una cláusula de revisión salarial indexada directamente con la evolución de la inflación, ya que en el caso de que el IPC supere las cifras previstas habría que añadir otro uno por ciento a las subidas. Este acuerdo no obliga a las empresas a aplicarlo, pero es evidente que es la hoja de ruta que se marca para la negociación de los convenios y consigue frenar la sangría que están registrando los trabajadores con respecto a la pérdida de poder adquisitivo como consecuencia del fortísimo aumento de los precios que se experimenta desde 2021. Sin duda se trata de una excelente noticia que deja patente que la negociación entre los agentes sociales funciona, alejada de la presencia de Gobierno y de partidos políticos.

Tanto CEOE como Cepyme se mostraron contrarias desde el inicio de la negociación a alcanzar las cifras que se planteaban desde los sindicatos, muy cerca de los registros que iba marcando la inflación. Sin embargo, las partes han sido en todo momento conscientes de que el acuerdo pasaba por alcanzar un punto de encuentro que pudiera satisfacer las demandas de unos y otros, situando al trabajador en el centro de la reivindicación, pero teniendo muy presente la marcha de las empresas que han visto cómo en estos años se disparaba el apartado de gastos por el contundente incremento del coste de la energía y de las materias primas.

El pacto alcanzado deja patente que la negociación entre los agentes sociales, que ayer fueron recibidos por el Rey en la Zarzuela, goza de buena salud en España. Pese a que el camino no ha sido fácil, se ha logrado un acuerdo que ha de servir de base para las negociaciones de convenio que se lleven a cabo en las próximas fechas y blinda una parte del poder adquisitivo que han ido perdiendo los trabajadores en los últimos ejercicios sin poner en peligro la viabilidad de muchas empresas. Es una buena noticia que la patronal y los representantes de los trabajadores hayan conseguido desencallar una negociación que estaba trufada por mensajes que provenían de varios miembros del Gobierno, a los que han querido dejar a un lado para no politizar una rúbrica que es beneficiosa para todas las partes y que va a permitir dar estabilidad a un mercado laboral, cuyas relaciones se estaban deteriorando de manera inquietante.