Antonio Casado

CRÓNICA PERSONAL

Antonio Casado

Periodista especializado en información política y parlamentaria


Galicia: más de lo mismo

20/02/2024

Me tomo la libertad de repetir el título que utilicé en mi columna del pasado 3 de febrero, al comienzo de la campaña electoral. Sostuve entonces que no había razones objetivas para anticipar un vuelco del persistente escenario político gallego, más allá del previsible engorde de la izquierda nacionalista (BNG) a costa de la izquierda no nacionalista (PSOE, Sumar y Podemos) y una probable entrada en el parlamento de Democracia Ourensana que, en cualquier caso, tampoco alteraría la vigente relación de fuerzas.
Sin embargo, el PSOE que gobierna en el Estado se empeñó en nacionalizar la campaña y presentar el paso de los gallegos por las urnas como un duelo entre Sánchez y Feijóo. Las terminales mediáticas de la Moncloa son esforzaron en crear climas artificiales de opinión trasladando la idea de que el 18 de febrero era el líder del PP quien se examinaba como alternativa de poder a escala nacional.
Así que ahora no puede extrañarse de que el PP asuma con alborozo ese método de análisis de los resultados y proclame con toda propiedad que, visto así, como han querido en Moncloa, Pedro Sánchez ha perdido por goleada.
Nadie mejor que Isabel Díaz Ayuso, presidenta madrileña, ha sabido beneficiarse retóricamente con ese marco mental (pulso entre el PSOE que gobierna y el PP que aspira a gobernar) para proclamar que Feijóo ha ganado al PSOE de Sánchez por 40 escaños a 9. Demoledor, a efectos de comunicación verbal.
Quienes habíamos descontado que los gallegos iban a preferir una quinta mayoría absoluta antes que un Frankenstein a la gallega, entendíamos que esta era la primera ocasión que se presentaba a los votantes españoles (solo gallegos, en este caso) para valorar a un PSOE inesperadamente echado en brazos de los independentistas.
Y así lo han hecho si, insisto, asumimos la propuesta socialista de ver estas elecciones como un duelo entre el PSOE y el PP a escala nacional. A la vista de los resultados, eso nos remite a la dramática desnaturalización del primero, cuya mayor gracia en el recuento del domingo pasado hubiera sido la de sumar con el BNG al menos 38 escaños para ser de fuerza subalterna con la izquierda nacionalista de Galicia, al revés de lo ocurrido en el 2005-2009, cuando la muleta era el BNG.
Ese es, a mi juicio, el verdadero drama de un PSOE. Con Sánchez al frente, ha ido perdiendo poco a poco sus históricas señas de identidad política, ideológica y moral. Y eso es mucho peor que haber caído en la irrelevancia con su declinante facturación electoral, que ya venía marcada por el antecedente de "los peores resultados de su historia". Lo dramático es que ha hecho trizas su histórica partitura ideológica y, sobre todo, moral.