La región cuenta con 1.700 millones de euros para este reto

I.M.
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El vicepresidente de la Junta de Castilla-La Mancha reitera la necesidad de ir hacia un nuevo modelo de financiación autonómica para derivar los recursos

Un momento de la intervención del vicepresidente de la Junta, José Luis Martínez Guijarro. - Foto: Arturo Pérez

Antes de que la ministra Teresa Ribera tomase la palabra y se diese por inaugurada esta cita congresual con la despoblación y el reto demográfico como telón de fondo, le tocó el turno al vicepresidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro. En su opinión, desde que llegaron al ejecutivo regional eran conscientes de que «había que dar un paso más, un paso adelante para afrontar  este problema, el de la despoblación y que afecta a una parte importante  de la región». 

«De lo que se trataba -añadió- es que la gente pudiese elegir libremente dónde quería vivir y para ello nosotros lo que teníamos que intentar es hacer nuestro pueblos atractivos para vivir y para invertir».

El vicepresidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, que consideró que es fundamental «el consenso social y político», comentó igualmente que estamos ante una cuestión no a corto plazo sino más bien a largo desde el momento en que, «no vamos a obtener resultados contra la despoblación en un plazo corto simplemente porque no existe una varita mágica para resolver esto».

Llegados a este punto no sólo recordó que Castilla-la Mancha ha dado un paso adelantado en esa dirección, empezando por la pionera Ley de Medidas contra la Despoblación que salió adelante con el consenso de todos, sino que subrayó que «detrás de los compromisos tiene que haber igualmente uno claro de asignación de recursos en esta lucha contra la despoblación».

Financiación. Así, según expuso a continuación, «por primera vez en la Ley de Presupuestos regional para el 2023 se ha incorporado el impacto demográfico, algo pionero que va a suponer la inclusión en estos presupuestos de 1.700 millones de euros frente a la despoblación, lo que supone el 25% del censo de gasto que tiene Castilla-La Mancha o el 3,6% del Producto Interior Bruto de la región». Además, aprovechó la ocasión para asegurar que «hay que ir hacia un modelo de financiación autonómica que incorpore criterios que permitan derivar recursos para poner en marcha medidas contra la despoblación, para financiar el coste real de los servicios que son competencia de las diferentes comunidades autonómicas. Sólo por citar un ejemplo diré que sin salir de Guadalajara el coste sanitario de la zona de Molina de Aragón es cuatro veces más que el coste de un consultorio o un centro de salud del Corredor de Henares».

«Todas las administraciones, no obstante, deben ir de la mano,  en una misma dirección, en la de poner, en definitiva, coto a la despoblación», concluyó diciendo el vicepresidente de la Junta.