Regresarán en paz al Sahara

Sara Ruiz
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El broche de oro para despedir a los menores fue la celebración de una gran cena de hermandad, en el entorno de la Pulgosa

Los niños saharauis tuvieron anoche su fiesta de despedida. - Foto: Víctor Fernández

El próximo martes, los 38 niños y niñas saharauis que han estado un mes y medio campartiendo su vida con las familias albacetenses, regresan a su lugar de origen. Se puso el broche de oro ayer con una cena para los familiares y los niños en las inmediaciones de La Pulgosa.  Cabe recordar que ha sido a través del programa Vacaciones en Paz, que con gran éxito desarrollan de manera conjunta el Ayuntamiento de la capital y la Asociación  de Amistad con el Pueblo Saharaui. La feliz estancia que deseaba hace ya un mes y medio el alcalde de la ciudad, Manuel Serrano, «se ha cumplido de manera excepcional», según explicó Cristina Pina, voluntaria de la entidad. «Este año hay que destacar que los menores vinieron muy tarde, el 17 de julio y, normalmente, se encuentran aquí a principios de ese mes». Pina agregó que «este retraso fue debido a la logística aérea entre otras cuestiones». En ese sentido, hace un mes y medio, desde el Ayuntamiento deseaban a las familias buen verano y aseguraban que «sois un ejemplo de solidaridad y compromiso y un motivo de orgullo para Albacete porque representáis lo mejor de esta tierra acogedora y generosa». Fueron palabras del primer edil durante la recepción ofrecida en el salón de Plenos del Ayuntamiento junto al resto de miembros de la Corporación Municipal, la portavoz de la Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui, Dori Andrés, y la coordinadora del programa Vacaciones en Paz. 

    Cabe recordar que es un programa con muchos años de experiencia en la provincia y donde se refleja claramente la «tradición de solidaridad» que Albacete tiene con el Pueblo Saharaui  y que se demuestra no sólo con estas 'vacaciones en paz', sino también con el programa Apadrina/Madrina, puesto en marcha durante la pandemia y que se ha mantenido en el tiempo, para ayudar a familias saharauis con miembros con discapacidad, principalmente menores, a cubrir sus necesidades alimenticias, de cuidado e higiene. Hace un mes y medio, desde el Ayuntamiento  ya trabajaban para construir entre todos una ciudad y un mundo inclusivo y solidario, en el que todos quepan y en el que se ayude a quien lo necesite» y el alcalde mostraba y aseguraba  que su compromiso con la asociación.

«Ayer tocó despedirse de los menores que han disfrutado de unas vacaciones en paz en la provincia de Albacete, y tanto las familias de acogida como los niños y niñas saharauis mostraban cierta tristeza por abandonar hasta el año que viene, algunos, a sus familias albacetenses», explicó a La Tribuna de Albacete, Cristina Pina, voluntaria de la Asociación. «Al igual, las familias de la provincia, que acogen a estos menores como a un miembro más de la familia y es duro decirles adiós», concluyó Pina.

Acogida. La Asociación de Amigos del Pueblo Saharaui de Albacete lleva organizando este programa de acogida desde el año 1993, poniendo en contacto a familias de la capital y la provincia con menores refugiados en los campamentos de Tinduf, en Argelia. En los campamentos de refugiados en Argelia viven más de 200.000 personas saharauis que dependen única y exclusivamente de la ayuda humanitaria que les llega desde el exterior y de los proyectos que sustentan la estructura de reparto de alimentos, atención sanitaria y educación. 

    La Asociación de Amistad con el Pueblo Saharaui de Albacete, igual que el resto de asociaciones de amistad de otras ciudades, lleva a cabo proyectos en los campamentos de refugiados desde el año 1993. 

El próximo martes parten a su tierra y al igual  que el alcalde dio las gracias a los niños y niñas saharauis «por venir a nuestra ciudad a recordarnos que el mundo es muy grande e injusto y que todos formamos parte de una misma comunidad vecinal, así como por permitirnos a hacer algo que contribuya a que seáis un poco más felices». Y así ha sido.  Ahora decimos adiós a los 38 niños y niñas saharauis que han pasado un Verano en Paz y, seguramente, regresen de nuevo al año que viene.