El presidente de la Asociación de Jóvenes Agricultores (Asaja) en Villarrobledo, Bernardo Díaz del Amo, ha realizado para La Tribuna de Albacete un balance del efecto causado por las heladas en el cultivo del almendro que en sus diferentes variedades ha afectado del 80 al 100% de la producción en la provincia de Albacete.
El aire frío y las heladas de cuatro, cinco y hasta siete grados bajo cero afectan a las variedades tempranas que presentan helados los embriones más adelantados y en aquellas de floración más escalonada, todavía con ramilletes de flores que podrían estar polinizadas, los productores albergan la esperanza de que al haberse helado la más temprana por propia evolución y supervivencia de la especie la cosecha progrese, pero el presidente de Asaja augura que "la desaparición de la cosecha del cultivo del almendro será generalizada en las 70 u 80.000 hectáreas que hay en la provincia de Albacete".
Las variedades más reconocidas en cuanto a la producción del cultivo de almendro son Guara, Lauranne, Mardía, Soleta, Belona, Marta, Ferragnes o Masbovera, entre otras.
La cosecha de almendro perdida por los hielos en el término Además existen otros tipos de producción de almendra ecológica que se encuentran en plantaciones con suelo de mediana calidad y árboles de floración tardía de nuevas variedades como Guara con producciones que oscilan entre 300 y 700 kilogramos de almendra en cáscara por hectárea.
Este tipo de plantación la realizan cada vez mayor número de agricultores que animados por las ayudas de la PAC y los precios de la almendra ecológica se afanan por hacer sus explotaciones más productivas y rentables.
Las heladas primaverales están haciendo mucho daño a todas las variedades del almendro llegando a hacer perder la cosecha entera de este año, según manifestó Díaz del Amo.
La cosecha de almendro perdida por los hielos en el término Se trata de una de las primeras especies en florecer de algunas de las variedades más comunes de las numerosas explotaciones reconvertidas en el término municipal de Villarrobledo que se encontraban en plena floración cuando se han producido las bajas temperaturas de hasta siete grados bajo cero en una de las primaveras más frías que se recuerdan, por lo que constituye una limitante para el progreso del cultivo.