Fernando Fuentes

Fernando Fuentes


Sin batería

24/10/2023

Es muy duro pensar que si Álvaro hubiera llevado dinero en metálico en sus bolsillos o batería suficiente en su móvil ahora estaría vivo. Lo que le sucedió al joven cordobés nos da pie a ahondar en eso de que todas las compañías telefónicas estén empeñadas en que dependamos de nuestros terminales personales hasta para poder hacer caca. Llevar en el teléfono un billete de transporte o unos euros para poder pagarlo por si nos surge un problema, como el que sufrió el pobre chico al perder el tren que le iba a llevar sano y salvo a su casa, no es un seguro de vida. Cuando nos venden que con esta nueva tecnología ya no es necesario llevar los billetes impresos, o unas monedas o una tarjeta de crédito física en la cartera para por si acaso, nos mienten. Los genios de las telecomunicaciones se olvidan a conciencia de algo muy importante y es que sus baterías no son ilimitadas y se agotan. Y en ese momento en el que nos quedamos en blanco, incomunicados de todo nuestro mundo virtual en el que tan cómodamente nos movemos, nos enfrentamos a una realidad en la que, curiosamente, actuamos con menos destreza y fluidez. Hasta nos puede resultar hostil. E incluso mortal. Lo que parece también absolutamente increíble que nadie de Renfe entendiera el momento de gran apuro por el que pasaba este chaval y, lo que es peor, no intuyeran por pura empatía, que nada le iba a parar hasta poder subirse a un vagón que le devolviera a su Córdoba natal. Como también que las grandes multinacionales de telefonía no hayan desarrollado algún tipo de soporte de emergencia que ayude a cualquiera a activar su celular, aunque sea sólo unos segundos, cuando lo necesite a modo de llamada de socorro para, como en el caso que nos ocupa, poder usarlo como medio de pago o justificante. Decir que Álvaro fue víctima de la tecnología puede resultar excesivo, murió por cometer una temeridad en un muy desagraciado accidente, pero es inevitable que muchos pensemos que si su batería hubiera tenido apenas un puñetero uno por ciento este pasado fin de semana habría seguido marcándole golazos a su maravillosa vida.