Los Fuente Ymbros fueron complicados

Pedro Belmonte
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La corrida del hierro gaditano no dio demasiadas facilidades a los hombres de plata, aunque tampoco empujó en el caballo

David Adalid coloca un gran par de banderillas al tercero de la tarde. - Foto: Alcolea

Un encierro de buena presentación, seria por delante, que nunca se entregó en las telas, ni en las sedas ni en la franela, pero cuando los del vestido de plata andan dispuestos y con oficio, pueden crearse momentos importantes que muchas veces pasan desapercibidos para el gran público, aunque ayer el porcentaje de aficionados, entre el total de la casi media plaza que se cubrió, fue mayor que muchos de los días que nos quedan por vivir, porque esto sólo ha empezado.

Pero si a las cuadrillas de a pie les causó algún problema, no lo hizo en los caballos, pues la mayoría se dejó picar sin mayores logros de bravura y tampoco empujaron para pones en apuros a los subalternos de oro. Y como no empujaron, los picadores se limitaron a meterles las cuerdas y nada más, ya que ninguno recibió un segundo puyazo, con lo que ello tiene para poder ver un reñido tercio de quites, que ayer no existió.

Correctos los picadores, Agustín Moreno en el primero, Juan Melgar en el segundo, Tomás Copete en el tercero, Paco Plaza en el cuarto, que fue el único que tuvo que aguantar una embestida con la cara abajo y metiendo los riñones, bien cogido y medido Daniel López en el quinto y Jorge Ramírez que le enjaretó un buen puyazo al sexto.

En los de a pie, cumplieron todos los lidiadores, con templados y suaves capotazos, los precisos, haciendo de ese tercio, algo breve y con los pases justos, como lo hizo Fernando Casanova en el que abrió plaza, Curro Vivas en el segundo, Carlos García en el tercero, Caco Ramos en el cuarto, Basilio Mansilla en el quinto y David Adalid en el cierraplaza. El nivel de los banderilleros lidiadores es tan alto últimamente, que incluso con toros de embestida tan irregular como los Fuente Ymbros de ayer, los llevaron por abajo, con mucha suavidad y tremenda brevedad, dando los capotazos justos, sin que ningún toro se llevase más de los necesarios.

Con los palos fue harina de otro costal pues algunos toros esperaron, otros se cruzaron y alguno embistió con alegría en ese tercio, destacando al magnífico David Adalid, que una vez más demostró su autoridad con los rehiletes, obligándole el público a saludar tras dos soberbios pares al tercero de la tarde, con autoridad, ganándole el terreno y clavando arriba asomándose al balcón dejando la barandilla en la cintura. Este hombre es, sin duda, un referente en el arte de banderillear, no solo de ahora, sino de hace muchos años, manteniéndose en un nivel difícil de alcanzar.

Pero no hay que olvidar a los que ayer pusieron banderillas con gran solvencia y rapidez, como Caco Ramos y Víctor Martínez en el que abrió la tarde, Basilio Mansilla en el segundo, Fernando Casanova en el cuarto, con dos pares realmente buenos, Curro Vivas y Azuquita les llegaron bien y cerca en el quinto, al igual que Carlos García y Miguel Ángel Ramírez en el sexto.