La peregrinación a Lourdes desde la capital cumple 50 años

Virgilio Liante
-

La Hospitalidad tiene previsto que este año viajen cerca de 250 personas a Francia para hacer un periplo espiritual que reúne a gente de todo el mundo

Tren de la Esperanza de la Hospitalidad de Lourdes de Albacete en 1990. - Foto: Jesús Moreno

Es más que un viaje, es un retiro que cura el alma, sana todo, es la aceptación del dolor y es un momento en el que no en todo es rezo, sino que hay mucha amabilidad entre todos los enfermos, los voluntarios y las enfermeras tirando de los carros chinos, con la capota azul y haciéndole la vida más llevadera a los enfermos. Esta temporada la peregrinación a Lourdes cumple 50 años que, tras los años de Covid,se coge con más ganas, porque el año pasado solamente fueron los voluntarios. Lourdes espera a miles de voluntarios creyentes y no creyentes que encuentran en este viaje a tierras galas las verdaderas ganas de ayudar a gente que lo pasa mal por embates de la vida, porque la vida no es fácil y menos los testimonios de gente de Albacete con la que encuentran en este viaje un chute de energía, porque recargan sus pilas para el resto del año. 

Aunque las inscripciones ya están cerradas, desde la Hospitalidad de Lourdes, que partirá el día 17, realizan un trabajo ímprobo e infatigable durante todo el año, porque hacen todos los jueves reuniones en la Parroquia de los Franciscanos. Este año saldrán los autobuses de la esperanza, porque el tren no lo hará, ya que desde el Covid no prestan este servicio y eso ha ocasionado que algunos enfermos no puedan acudir.   

Para que los lectores entiendan la complejidad de la organización; todo se realiza «con base en las personas que se nos hayan apuntado, tenemos que organizar la peregrinación, los servicios, las habitaciones, a los enfermos y los autobuses, debemos pedir dietas al hospital». 

Respecto a si la espiritualidad es lo más importante, Emilio Martínez Torres, consiliario de la Hospitalidad de Lourdes de la Diócesis de Albacete, explica a La Tribuna de Albacete que «el movimiento de Lourdes es tener a la Santísima Virgen María que se le apareció a Santa Bernardita y vivir ese espíritu mariano acercando a los enfermos al amor maternal de la Santísima Virgen María y hacer posible que su enfermedad sea llevada por la fuerza de la Virgen».  

La presidenta de la Hospitalidad de Lourdes de Albacete, Pilar Álvarez- Valdés Olaguíbel, comentó a La Tribuna de Albacete que el año pasado fuimos 170 por el Covid, pero este año creo que seremos en torno a 250, aunque la media que manteníamos antes del Covid era de 300 personas entre enfermos y discapacitados, voluntarios y enfermeros». 

Del viaje a Lourdes rescata dos niveles;«el humano, porque tiene mucha fuerza en lo que es la peregrinación, porque vamos gente de todas las Diócesis, de todas las edades, condiciones y con personas con enfermas y con discapacidad y es un hermanamiento de unos con otros que para mí es muy importante;luego está el plano espiritual, porque Lourdes aunque es un santuario católico,  dentro de la peregrinación vienen personas que no tienen por qué ser católicas y esa luz que se respira es impresionante, pero si además eres católico es la guinda del pastel, porque los actos que se hacen en Lourdes, las eucaristías, la procesión del Santísimo».

Lo más interesante que rescatan desde la Hospitalidad de Lourdes de Albacete es que va gente de todo el mundo, y además el Santuario de Lourdes está muy bien organizado. Las personas enfermas son las personas estrellas de este viaje, porque siempre están en los primeros sitios enfrente de la gruta. «Últimamente están potenciando mucho Norteamérica, Asia y África, y también vienen muchísimas personas de Europa, como siempre». 

(Más información en edición impresa y en la APP de La Tribuna de Albacete)