El Albacete Basket revivió lo que ha sucedido en demasiadas veces a lo largo de la temporada. Peleó durante todo el partido pero, en los minutos finales, el rival asestó el golpe definitivo y no obtuvo respuesta. La derrota del Oviedo deja un finísimo hilo de esperanza, pero la realidad es la que es.
Desde el primer momento se vio un Albacete excesivamente nervioso, revolucionado, precipitado y atenazado por la necesidad de ganar. Con poco, el Melilla tomó ventaja (4-14) pero el equipo de Varela se centró y gracias al acierto de Blat logró acabar el cuarto por delante en el marcador (23-22).
El segundo parcial fue un toma y daca costante, con una dura pelea bajo los aros donde Darko Balaban se hizo el dueño y señor. Con un triple de Ferrando Albacete cogía cuatro puntos de ventaja (28-24) pero con tres canastas seguidas de Badalan bajo el aro el marcador se daba la vuelta (28-30). Ni Aurrecoechea, ni Santana podían frenarlo y el serbio se fue al descanso con 19 puntos y manteniendo a su equipo en el marcador. Ahora era Melilla el que tenía la ventaja de un punto (38-39).
Albacete Basket mejoró sus prestaciones en el tercer periodo. Aunque David Varela perdió a Blat por un golpe y Ferrando no tenía el día y perdía muchos balones por su precipitación, el equipo se enchufó, apretó los dientes y se mostró capacitado para ganar el partido. Aurrecoechea se fajaba al máximo para frenar a Badalan, el balón exterior empezó a entrar con fluidez y la defensa recuperaba muchos balones. Así se logró la máxima ventaja (52-46). Hasta el griego Dimakopoulos estaba jugando sus mejores minutos de la temporada, con rebotes ofensivos que acababan con un mate e incluso algún triple. Con la grada entregada el parcial acababa con dos puntos de ventaja para el cuadro albacetense (60-58) y los melillenses cargados de faltas.
Hasta tres jugadores titulares del Melilla se ponía con cuatro faltas al inicio del último parcial, donde la tensión provocó diferentes técnicas que bien pudieron descentrar a un Albacete Basket habituado a sucumbir en los minutos finales. Y así fue. De pronto apareció Samu Rodríguez para darle el triunfo al colista. Tres triples consecutivos a menos de cinco minutos para el final rompián la moral local. Otro triple de Pardina y el séptimo en la cuenta de Rodríguez sentenciaban el encuentro (84-90).