Per omnia saecula saeculorum. Así es el testimonio que quedará para siempre de las aportaciones e invenciones a la Fiesta de los originales trajes de luces que ha creado, y todavía creará, Justo Algaba. Porque, a iniciativa de la sociedad Fomento de Cultura Tauromaquia Hispanoamericana -radicada en México-, este albacetense nacido en Villapalacios es el protagonista de un importante libro con fotos de sus trajes de luces, bellamente editado a todo lujo, donde se recoge no sólo su brillante trayectoria hasta ahora y se apunta, y apuesta, por lo que «afortunadamente todavía resta por venir», en palabras de Oscar Ruizesparza, diseñador del libro y consejero delegado de este grupo mexicano que cuenta con cerca de otros 200 libros y más de 150 vídeos. La obra titulada 'Justo Algaba, pasado, presente y futuro' se presentó el pasado fin de semana en Madrid, donde el sastre tiene su taller, tienda y museo.
Aprovechando que la capital de España se encuentra celebrando taurinamente la feria de San Isidro, sin duda la más importante, decisoria y decisiva del mundo, y dentro de la multitud de eventos culturales relacionados con la Fiesta, el acto tuvo lugar en los amplios y lujosos salones de un hotel de lujo y con el cartel de no hay billetes colgado. «Como está ocurriendo ahora en la plaza de Las Ventas, y en cualquier otra cuando llegan las figuras, Justo ha llenado a reventar», cual expresó el veterano matador de toros mexicano, y también periodista, Juan Antonio Hernández, presentador y coordinador del acto, quien aúna en su persona una vasta cultura como mostró con destacadas citas de Lorca «respecto a los toros» y Cervantes, «porque no olvidemos que Justo es manchego, como los inmortales Don Quijote y Sancho». Él se encargó de dirigir el suceso al que asistieron multitud de personajes de la tauromaquia.
Antes de que el albacetense, visiblemente nervioso en principio - «lo mío no es hablar», precisó, a pesar de tener demostrado tantas veces que es un gran orador- cerrara los diversos turnos de palabras, Hernández hizo un breve repaso a la vida personal y profesional, sin olvidar otras creaciones del sastre como la Moda de Luces y los trajes para óperas y mantos de vírgenes, del «ya legendario artista de la ropa de torear». Destacando sus orígenes humildes y el impacto que sufrió al ver salir a hombros y en loor de multitudes al Cordobés en la plaza de Albacete el 13 de septiembre de 1963.
Luego el propio Justo apuntaría que se dijo a sí mismo que si no poseía valor para ser un mal torero, sí que intentaría hacer aquellos trajes tan llamativos, e incluso compró cuatro becerras para probarse «con un desastroso resultado», confesó. Una vez en Madrid, las casualidades de la vida le llevaron a leer un anuncio en el periódico en el que pedían un aprendiz para un taller de costura: «Y se trataba de ropa de toreros. Estaba predestinado», añadió entre las risas de los asistentes.
Eso aconteció en 1973 y ahí con el no menos legendario Fermín inició su carrera, independizándose después y cosiendo sus dos primeros trajes para dos toreros modestos de los que recordó sus nombres: Víctor Melo y Eladio Peralbo. «Dos espadas que no saben que sin querer están en la historia», agregó Hernández, mientras el albacetense decía en voz baja «no tanto, no tanto».
Por último, el coordinador cerró su intervención con nuevas loas al protagonista y al «extraordinario libro que estamos presentando, donde a través de sus no menos extraordinarias fotos a color se palpa la investigación histórica, la creatividad, el talento, el ingenio en diseño y dibujo de Justo». Aunque antes de dar el turno a los responsables del libro, dedicó unas también elogiosas frases hacia Lucero, la esposa mexicana del albaceteño, «con la que cuajó la fortísima vinculación del artista con nuestro país». No olvidó agradecer a los dirigentes de Fomento la gran iniciativa de llevar a cabo esta obra de más de 200 páginas y 300 fotos que permanecerá por los siglos de los siglos.
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