El acusado reconoce que mató a María Isabel de la Rosa

J.G.
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El procesado ha admitido que la víctima "en ningún momento se defendió"

El acusado no ha podido contener las lágrimas en algunos momentos de la vista. - Foto: J. G.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial acoge esta mañana la segunda sesión del juicio contra el hombre acusado de matar a la vendedora de la ONCE, María Isabel de la Rosa Cózar, hechos que ha admitido.

La vista ha comenzado con la declaración del procesado, A.G.S., que ha señalado que conocía a la víctima desde hacía cinco años aprocimadamente y que le compraba cupones y a veces se tomaba una caña. El procesado ha explicado que entre la ONCE y la lotería gastaba unos 170 euros a la semana.

Sobre María Isabel ha manifestado que era una persona "muy maja, una chavala muy abierta, trabajadora". También ha dicho que tenía una cojera que se le notaba al andar y que también hablaba un poco mal.

En cuanto al 19 de agosto de 2021, ha señalado que le debía 50 euros a María Isabel y que después de trabajar y tomar unas cervezas con un compañero, la llamó por teléfono para pagarle y que ella acudió a su casa, donde nunca había estado antes. Allí le pagó los 50 euros y tomaron una cerveza y ella le dijo que si quería algún 'rasca' y el acusado aceptó y gastó unos 200 euros en rascas y no le tocó ninguno y entonces le dijo que no tenía dinero para pagar. 

Por esta razón, "ella empezó a ponerse nerviosa, se levantó de la silla y fue hacia mí y me dijo que tenía que pagar y la empujé y como estaba con la pierna mal se cayó al suelo, perdió el equilibrio".

El acusado explicó que la mujer al caer al suelo se golpeó, "se ve que se dio una 'miaja' de golpe en la cabeza con el sofá" y ella le dijo que le iba a denunciar, momento en el que se produjo el crimen. "Me eché encima de ella, no sé por qué, se me fue la cabeza, y con las manos le apreté el cuello".

En este sentido indicó que se sentó encima de ella y que con su rodilla le sujetaba un brazo y que con sus manos le apretó el cuello "un minuto o un minuto y algo, fue un rato muy malo. Apreté hasta que noté que estaba muerta". "En ningún momento se defendió, no pudo defenderse. Sabía que me había buscado la ruina, no se me pasó por la cabeza llamar a la Policía, no llamé porque me asusté".

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