Piden «reparar el daño» a la ciudad con el tren a Valencia

A.G.
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El presidente de FEDA, Artemio Pérez, defiende que «se está a tiempo de remediar el mal hecho» a la economía y la sociedad local con la bajada de frecuencias y la Junta indica que mantiene esa reivindicación ante Renfe, que "tiene la última palabra"

Imagen de archivo de un tren de Media Distancia a su llegada a Albacete. - Foto: Arturo Pérez

«Hicieron un favor a Cuenca, pero perjudicando a Albacete, como ya lo dijimos entonces». Así se pronució ayer el presidente de la Confederación de Empresarios de Albacete (FEDA), Artemio Pérez, al ser cuestionado por la reducción de frecuencias ferroviarias desde la ciudad a Valencia, que alcanza casi un 75% en comparación con la oferta de 2010, de acuerdo a una análisis realizado por La Tribuna.

«Pasado el tiempo, observamos que los daños han sido incluso superiores a los que indicaban los estudios de viabilidad y otros análisis realizados por FEDA y otras organizaciones empresariales como Adeca, que encabezamos las muestras de disconformidad con lo que se acordó entonces», afirmó Pérez, quien añadía que «me sigo ratificando en que el 60% de nuestro ocio se dirige a la Comunidad Valenciana, por lo que ahí hemos tenido un perjuicio, y que tenemos una economía muy interrelacionada con esa región, tanto en exportaciones como en comercio de bienes y servicios, que también se ha visto perjudicado en el sentido de que los empresarios tienen más difíciles los intercambios con empresas de Valencia». Al respecto, cabe recordar que el propio presidente de FEDA cifraba recientemente en un 30% el porcentaje que representa el negocio exterior con la región vecina sobre el total de la provincia.

En cuanto a lo que ha supuesto la decisión estatal de que se eligiese el trazado por Cuenca para la línea de alta velocidad Madrid-Valencia, Pérez incidió en que «nos vendieron unos números que no se cumplieron, para convencer a algunos, pero la realidad es tozuda y el paso de los años ha demostrado que Albacete es una de las pocas ciudades que ha salido perjudicada con el despliegue de la alta velocidad y la remodelación de infraestructuras que se empezó hace algo más de 20 años».

Por último, preguntado por la posibilidad de que se recupere una mayor frecuencia de conexiones con la capital valenciana, señalaba que «por desgracia parece que no va a haber solución, pero no por nosotros, sino por el mayor peso que tiene, a nivel nacional, la opinión de la Comunidad Valenciana que la de una provincia como la nuestra».

En cualquier caso, Pérez añadía que «están a tiempo de remediar ese mal para Albacete, poniendo trenes a Valencia, que es donde más perjudicados hemos salido, en las horas que se consideran más oportunas para la población y también más rápidos. Con poco lo pueden arreglar».

GOBIERNO REGIONAL. Por su parte, Rubén Sobrino, director general de Transportes y Movilidad de Castilla-La Mancha, insistió en que «aunque Renfe tiene la última palabra, en nuestra cartera de reivindicaciones siempre va a estar la recuperación de las líneas de Media Distancia con demanda que no se retomaron tras la pandemia, no solo la de Albacete con Valencia, sino también la de Hellín, por ejemplo».

Sobrino se expresaba así tras ser cuestionado por La Tribuna sobre las posibilidades de recuperar conexiones ferroviarias y la influencia que puede tener la Administración autonómica en las decisiones de Renfe. Al respecto, indicó que «ha habido cambios en sus cargos y estamos a la espera de una primera reunión con sus nuevos representantes regionales, en la que trasladaremos la petición y también pediremos conocer los motivos de no incluir una parada en Albacete del nuevo AVE Murcia-Burgos», decisión que esta semana criticaba CCOO. «Esperamos que se pueda reconsiderar, una vez que se haya realizado una primera captación de clientes y si se detecta una demanda desde Albacete, como ya ocurrió con los trenes a Orihuela y Elche», añadía.

En cuanto a la suspensión del servicio en la línea Chinchilla-Cartagena, que deja sin paradas a Hellín,  aseguró que «desde el principio ADIF nos dijo a todos que el plazo era de cuatro años, no dos como dice ahora el PP, y cuando se cumpla, reclamaremos la puesta en marcha».