El alcalde y candidato socialista a la reelección a la Alcaldía de Albacete, Emilio Sáez, ha valorado la importancia de la puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa para los albaceteños y albaceteñas, "a través de la que se incrementa la confianza de la ciudadanía en el agua de consumo de grifo, pues nos garantiza un agua de la máxima calidad, sin que aumente el coste del recibo del agua".

En este sentido, Sáez Cruz ha señalado que la planta de ósmosis inversa supone una mejora del agua del grifo, "que ya era de calidad", y que ve mejoradas sus cualidades organolépticas, como el sabor o el olor, gracias a los planes de eficiencia y optimización de recursos desarrollados por el Ayuntamiento y Aguas de Albacete, consistentes en la realización de diferentes actuaciones de abastecimiento y depuración.

La planta de ósmosis, ubicada en la Estación de Tratamiento de agua Potable (ETAP) Los Llanos, fue inaugurada el pasado mes de abril por el alcalde. Como ha destacado Emilio Sáez, "el objetivo final es mantener o incluso bajar el coste del agua en los próximos años, cuando se tengan asegurados los costes energéticos y todo ello con la excelencia en el agua del grifo".

La planta de ósmosis comenzó a construirse en 2007 y se terminó en 2014, desde entonces y hasta que el PSOE llegó al Equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Albacete "ha permanecido cerrada a cal y canto gracias a la inacción del Partido Popular, y es ahora, nueve años después de su finalización, cuando entra en funcionamiento". A consecuencia de los nueve años que ha permanecido sin usarse la planta se ha producido un deterioro en las instalaciones y componentes que, ni siquiera, habían sido utilizados. Así, han tenido que cambiarse tres racks o contenedores de membranas con el consiguiente gasto añadido. Aguas de Albacete ha asumido un coste de 515.000 euros para cambiar un contenedor de membranas, el sistema operativo y el telecontrol. Por su parte, la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) ha tenido que desembolsar 640.000 euros en el cambio de dos contenedores de membranas.

En función de ese convenio, la CHJ encomendó al Ayuntamiento, por medio de Aguas de Albacete, la entrega de las obras de la planta y Emisario de Salmueras para su mantenimiento, conservación y explotación. Cabe recordar que la construcción de la planta y el emisario tuvo un coste de 9,2 millones de euros que sufragó la CHJ.

La empresa pública estatal Acuamed aprobó un nuevo convenio con la ciudad de Albacete para la gestión y el mantenimiento del suministro de agua potable en el municipio. El nuevo acuerdo deroga el anterior por el que las arcas municipales venían afrontando un sobreprecio de 3 millones de euros anuales. El convenio en cuestión supone que la ciudad de Albacete ahorrará casi 50 millones de euros ya que tiene carácter retroactivo, desde enero de 2020, y su vigencia se extiende hasta el año 2029. "Era de justicia que este ahorro se produjera. Así lo expusimos y así ha quedado reflejado, gracias a las gestiones que realizamos", ha subrayado Emilio Sáez.

A partir de ahora la gestión efectiva de la planta pasa a manos del Ayuntamiento, a través de la compañía Aguas de Albacete, ya que Acuamed queda únicamente como propietaria de esta infraestructura por delegación del Estado de la planta.

Además, la planta de ósmosis "es una excelente solución ante una situación de emergencia o sequía, en la que fuera necesario recurrir a los sondeos como fuente de suministro", ha señalado Emilio Sáez, añadiendo que "de este modo nos sumamos al movimiento Bebe agua del grifo, con el que reduciremos la huella de carbono, al reducir el consumo de plástico y, por tanto, las emisiones de CO2 a la atmósfera". Otra de las ventajas añadidas es que mejorará la vida útil de los electrodomésticos que calientan agua, y con todo ello, "Albacete seguirá dando pasos hacia un modelo de ciudad más sostenible".

Cabe recordar que la normativa europea y española en materia de calidad de aguas marcan como principales objetivos la protección de la salud de la población, el acceso universal al agua y la promoción del consumo de agua de grifo.

En cuanto al propio funcionamiento de la planta de ósmosis inversa, Emilio Sáez ha recordado que utiliza la tecnología de membranas diseñadas para retirar del agua tratada algunos compuestos "como los sulfatos, el calcio o el magnesio, que pueden aportar cierto grado de dureza y, por tanto, sabor al agua de la ciudad".

Estas membranas, 1.300 en total, que están divididas en tres racks o contenedores de membranas, están formadas por poliamidas, que prensadas unas contra otras, actúan como barrera de sales y moléculas inorgánicas.

El agua producida por ósmosis inversa debe ser controlada por personal especializado, tanto en términos de calidad y composición, como en mantenimiento y puesta a punto de los equipos.