Pedro J. García

Pedro J. García


‘Pitufo’, ‘El Polaco’ y ‘El Gato’

30/12/2022

El día de Nochebuena, por la mañana, sonó el teléfono fijo en mi casa, lo que me sorprendió, porque es más un objeto decorativo que otra cosa, pero mayor asombro me produjo escuchar la voz de mi amigo Joaquín, El Polaco, quien recordó un artículo mío de otro año en el que escribí que no me gustaba que me felicitasen la Navidad por WhatsApp, por lo que quiso hacerlo de viva voz; detalles que agradecí, tanto el de la felicitación como el de recordar uno de mis escritos. 
Ese mismo día, por la tarde, ya en mi pueblo, Alcadozo, -les recomiendo la visita-, mi hermana Josefina me encargó ir al bar a comprar un poco de coñac para una receta y allí que marché. En la terraza, con su familia, estaba mi amigo Miguel, Pitufo, quien al conocer el motivo de mi recado me dijo que en su casa tenía varias botellas sin abrir y allí que fuimos para rellenar la botellita que portaba.
Con Pepe, El Gato, son los tres mejores amigos de juventud, con los que viví momentos inolvidables y a los que ahora veo mucho menos de lo quisiera, porque cada uno tenemos nuestra vida, trabajo, rutina y ese día a día hace que sin darte cuenta pasen los meses sin vernos, pero los dos detalles de Nochebuena antes relatados me recordaron que los grandes amigos siempre están ahí y eso no hay tiempo que lo borre.
Por ello, para 2023 no haré promesas de gimnasio o de dejar de fumar, haré la de intentar quedar más a menudo con mis buenos amigos y, en este caso concreto, intentar que Pitufo y El Polaco aprendan de una vez por todas a jugar al truque.
Por cierto, yo también tengo mi mote de juventud, pero eso lo dejo para otro artículo. Feliz 2023.

ARCHIVADO EN: Nochebuena, Navidad