Abraham Carrión (Jerez de la Frontera, 1977) lleva más de 20 años como entrenador de baloncesto en silla de ruedas. Llegó al BSR Amiab por primera vez en 2014 y consiguió que el club diera un paso al frente y empezaran a llegar los títulos. Ahora, regresa a su banquillo tras una exitosa temporada para el club manchego para liderar una renovación importante pero al mismo tiempo ilusionante para el actual seleccionador nacional de BSR.
¿Cómo se produce este retorno al BSR Amiab?
Creo que es el momento perfecto. A nivel deportivo no hay que descubrir lo que ha hecho el Amiab, que se ha convertido en el mejor equipo de Europa y el más dominante en la liga española. Por ello a nivel deportivo es un proyecto que a cualquier entrenador le apetecería liderar. Yo acababa en la Fundación Las Rozas y ha coincidido con la llamada del Amiab. Además es una casa que ya conozco, donde fui muy feliz y que ahora a crecido, con lo que se han generado una serie de factores que han cerrado el círculo para que se produzca este retorno.
¿Cómo se puede compaginar el puesto de seleccionador con el entrenador de club?
A día de hoy es fácil a través de los partidos en streaming hacer seguimientos a los jugadores en cualquier parte del mundo. Las competiciones nacionales e internacionales no se solapan. Lo único que pasa es que no tienes descanso, porque cuando para la liga te toca selección, pero es un privilegio que se asume con orgullo y felicidad estar al frente de la selección y al mismo tiempo del mejor equipo de Europa.
En el equipo ya se han producido algunos cambios, con dos fichajes y tres salidas, de ellas dos jugadores fundamentales como Ghazain Choudhry y Kyle Marsh.
También la salida de Almudena Montiel, tres jugadores muy importantes. El equipo ya no es el mismo, pero se ha formado un equipazo, lo que no sabemos es si será capaz de lograr los mismos resultados. Anivel ofensivo, Choudhry y Marsh estaban a un nivel de los mejores del mundo y es un reto para los que llegamos ahora, porque nos han puesto el listón realmente alto y trataremos de demostrar que también somos capaces de llegar a ese nivel. Lo que está claro es que el equipo será distinto.
Ilusión por entrenar al mejor equipo de Europa, pero también presión y exigencia.
La verdad es que va a ser muy difícil, pero es una presión positiva. Si la exigencia es ganar es porque tienes las herramientas para poder hacerlo. Esta claro que en cualquier competición solo gana uno y hay que tener la capacidad para entender que no ganarlo todo no es un fracaso.Prefiero estar presionado por tener que ganar que no por no perder, porque estar en un equipo que lucha por no descender, que suele perder más partidos que gana, esa presión es más difícil de digerir. Entrenar al BSR Amiab es un privilegio.
¿Cuál cree que ha sido el éxito del BSR Amiab?
Una de las bases es que el bloque se ha consolidado durante muchos años, con jugadores importantes ya seis o siete temporadas. También el club ha crecido a nivel técnico y administrativamente. El secreto ha sido no hacer una plantilla nueva cada temporada, sino colocar una buenas base y tener paciencia durante el crecimiento, porque al final los éxitos terminan llegando.
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